La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en su artículo 72, que todos los cargos de elección popular son revocables. Nuestro periodo presidencial culmina en diciembre de 2018, y por tal motivo, este 2016 en la mitad del mandato, corresponde la realización de un Referéndum Revocatorio de mandato presidencial.
Éste ha sido durante buena parte del año, el hilo conductor de las actividades de la Mesa de la Unidad Democrática, quién a mi juicio, permanece más unida que nunca pese a la diversidad de tendencias ideológicas y programáticas que, lógicamente tienen. Y no solamente la diversidad ideológica, pues también en este ajedrez político, han influido las acciones del Partido Socialista Unido de Venezuela, que en el pasado sirvió como agente divisor dentro de las corrientes de la MUD, sobre todo hacia Voluntad Popular y Vente Venezuela.
Sin embargo, decir que la MUD permanece más unida que nunca parece ser una afirmación arriesgada, pero las acciones de los últimos días, así parecen confirmarlo. Para muestra de un botón. La MUD se ha mantenido firme en la conducción de las aspiraciones ciudadanas que, desde la calle opina sobre la imperiosa necesidad de hacer el Referéndum Revocatorio este 2016. Sin embargo, algo dentro del seno de la MUD hasta hace algunos días no parecía funcionar del todo bien. Y es que, las acciones de calle que se convocaron en meses recientes, no dieron frutos: unas por falta de convocatoria y otras por frustraciones en las expectativas (llegar al CNE y que los cuerpos de seguridad lo impidan).
Todo cambió a mediados de agosto tras el pronunciamiento de Tibisay Lucena Ramírez en torno a –prácticamente la imposibilidad- de realizar el Referéndum Revocatorio este año. La Mesa de la Unidad Democrática, a través de su vocería, y en votación unánime, no tardó en pronunciarse para convocar a una movilización denominada “La Toma de Caracas” a efectuarse el 1 de septiembre.
Objetivos del 1 de septiembre: presionar al CNE para que no dilate el Referéndum Revocatorio
La convocatoria fue clara. Su objetivo principal era la presión ciudadana para que el directorio del CNE proporcionara la fecha de recolección de firmas del 20% para realizar el RR. Adicionalmente, en el transcurrir de los días, objetivos subsecuentes se fueron matizando a través de los partidos políticos: carencia de alimentos y medicinas, apertura de un canal humanitario que facilite la resolución de la crisis que vive el país, y por supuesto, la liberación de los presos por motivos políticos.
La agenda logró cumplirse. Los objetivos fueron logrados, y no sólo la MUD convocó e invitó a la ciudadanía a la participación, también lo hicieron diferentes organizaciones de la sociedad civil, tales como sindicatos, gremios, asociaciones y universidades que vieron en la fecha, una posibilidad de ejercicio de presión ciudadana para con el CNE y el gobierno nacional.
Percepciones
El referéndum revocatorio es la espina dorsal, pero lógicamente hay una sintomatología que lo produce. En la percepción de la ciudadanía, recabada en el último estudio de Venebarómetro, se encuentran plasmados los principales reclamos. Según el estudio de opinión, de julio de 2016, la escasez y la inseguridad enarbolan los dos principales problemas que aquejan a los venezolanos con 75,5 y 70,7% respectivamente. Adicionalmente, como dato crucial, a esos problemas se les asigna un responsable: el 32,6% afirma que la responsabilidad recae sobre Nicolás Maduro y un 29% se la atribuye al gobierno, es decir, se habla de alrededor de un 61% que encuentra en el ejecutivo, la principal responsabilidad de los problemas. Pero no es sólo eso, en el estudio referido se le pregunta a los encuestados sobre su disposición de salir a protestar y las respuestas fueron afirmativas entre muy dispuestos con un 39,8% y quizás saldría con un 21,1%, para un total de 61,9%.
Llegó la fecha: 1 de septiembre
Ante las expectativas respecto de si la MUD podría alcanzar el nivel de convocatoria que pregonaba los días previos a la convocatoria y ante las dificultades que el gobierno nacional impuso, tales como el bloqueo de caminos, autopistas y vías, aunado a la detención de dirigentes de Voluntad popular, y a prohibiciones tales como la imposibilidad de vuelos privados y circulación de drones, la gente, como evidenciaron los números, salió a marchar masivamente, dentro de Caracas, en los distintos estados y fuera del territorio nacional. Hubo por parte de la MUD un mensaje claro, objetivos concretos que facilitaron el éxito de la convocatoria. La Unidad en la oposición se ve consolidada en una hoja de ruta que luce cada vez más clara, pero no por ello menos compleja: la realización del referéndum revocatorio en 2016. Los líderes de la tolda opositora arengaron en las tarimas dispuestas. Uno de los mensajes más claros fue el corto pero significativo discurso ofrecido por Lilian Tintori, activista por los DDHH y esposa del hoy encarcelado y líder de oposición, Leopoldo López dirigente nacional de voluntad Popular. Afirmó Tintori, que el 1 de septiembre no era un día para los discursos de tarima, sino para caminar junto a la ciudadanía en la concreción de los objetivos fundamentales de la fecha: Referéndum Revocatorio 2016, apertura de un canal humanitario y liberación inmediata de los presos por motivos políticos.
Los días por venir…
Queda mantener una agenda por parte de la MUD en la que se incluyen más movilizaciones de calle para todo el mes de septiembre, cacerolazos y acciones más categóricas para presionar al CNE. Por parte del gobierno nacional y del PSUV, que también realizó movilizaciones de calle el 1 de septiembre, significativamente menos nutridas que en otros tiempos, probablemente arreciar en la escalada represiva hacia dirigentes opositores y, lógicamente en mantener el control institucional para dificultar así, la realización de la consulta plebiscitaria. Sin embargo, se tropiezan con muchas dificultades por todas partes: la estrategia opositora, que como ya se dijo, está a nuestros ojos, más unida y la presión internacional que aboga por soluciones pacíficas a la resolución del conflicto. Lo que está más claro, es que la ciudadanía permanece unida, el liderazgo opositor compacto y el gobierno nacional un tanto desdibujado, a pesar que pocos de ellos quieren dar su brazo a torcer. La vacante presidencial parece estar más visible en estos tiempos.