Bloguero ruso que cazaba pokémones en iglesia queda en arresto domiciliario

Bloguero ruso que cazaba pokémones en iglesia queda en arresto domiciliario

REUTERS/Sait Serkan Gurbuz
REUTERS/Sait Serkan Gurbuz

El joven bloguero ruso Ruslán Sokolovski, que se hallaba en prisión preventiva por cazar pokémones en una iglesia ortodoxa, quedó hoy en arresto domiciliario, después de que la Audiencia de la región de Sverdlovsk, en los Urales, aceptara un recurso para modificar la medida cautelar.

EFE

“A Sokolovski le conmutaron la prisión preventiva por arresto domiciliario. Actualmente se encuentra en la casa de su abogado”, confirmó a la agencia Interfax Pável Chíkov, líder de la organización pro derechos humanos “Agora”.





La nueva medida cautelar regirá hasta el próximo 1 de noviembre, periodo en cual Sokolovski, de 22 años, tendrá prohibido utilizar teléfonos y otros medios de comunicación, incluido internet, según un comunicado de la Audiencia de Sverdlovsk.

Sokolovski fue condenado a dos meses de arresto administrativo el 3 de septiembre tras colgar un vídeo en el canal Youtube en el que se le ve jugando al Pokémon Go en el interior de la catedral de Yekaterimburgo, capital de los Urales.

El Comité de Instrucción (CI) de Rusia acusó formalmente al bloquero de instigar al odio y atentar contra la libertad de credo, delito que se castiga con hasta cinco años de prisión.

El CI (órgano investigador penal) subrayó que el motivo del procesamiento no se reduce al incidente con el Pokémon Go, sino que también obedece a varios vídeos grabados por Sokolovski, de claro contenido extremista según los investigadores.

Además, el bloguero afronta cargos por tenencia de equipos técnicos para la captación de información de manera secreta, entre los que figura un bolígrafo espía.

La diócesis ortodoxa de Yekaterimburgo, la ciudad donde se encuentra el templo que fue escenario de la cacería de pokémones, acusó a Sokolovski de “blasfemia”.

Según el clero, la gravedad de los actos del bloguero se acentúa por el hecho de que los cometió en el templo erigido en el lugar en el que en 1918 los bolcheviques asesinaron al zar Nicolás II y su familia.