El dalái lama cree superado el nacionalismo y aboga por una humanidad unida

El dalái lama cree superado el nacionalismo y aboga por una humanidad unida

Foto EFE
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El dalái lama, líder espiritual de los budistas tibetanos, considera que “el sentimiento nacionalista está superado”, como ha puesto en evidencia la Unión Europea (UE), y que lo “esencial” es “un esfuerzo a largo plazo para promover la unidad de la humanidad”.

EFE

En una entrevista publicada hoy por el diario “Le Monde” en vísperas de una visita a Francia entre el lunes y el domingo próximos, en la que no está prevista ningún encuentro oficial con las autoridades del país, el dalái lama indica que para actuar frente al terrorismo primero hay que identificar las causas reales.

Expresa su confianza en la educación y en “inculcar una noción de unidad de la humanidad” porque “en realidad el futuro de cada continente depende de los demás”.

Por eso, el recurso a la nación le parece erróneo y tampoco está de acuerdo con que se hable de “terrorismo musulmán” o de “terrorismo budista” porque, a su juicio, cuando “una persona está implicada en actividades terroristas, ya no es musulmana o budista”.

“La religión es un asunto personal”, argumenta antes de añadir que él cree en la secularización y que la separación de la religión y del Estado “fue una gran aportación”.

Preguntado sobre el hecho de que en Francia no vaya a ser recibido por ningún responsable oficial, le quita importancia asegurando que no le gustan los actos solemnes y que, por ejemplo, cuando se entrevistó en junio con el presidente estadounidense, Barack Obama, lo que le interesaba era “el lado humano”.

Añade que allí donde va tampoco quiere generar dificultades a los dirigentes, una forma de decir que entiende las reticencias de algunos de ellos, que no quieren ponerse en contra a las autoridades chinas, las cuales siguen considerando al dalái lama un peligro por lo que representa para la identidad del Tíbet y sus reivindicaciones políticas.

Al respecto, insiste en que no buscan la independencia del Tíbet, sino que piden “todos los derechos inscritos en la Constitución china, que se aplique inmediatamente”.

Los tibetanos, manifiesta, tienen que conseguir “la simpatía de los chinos”, de sus budistas, de sus intelectuales porque “el apoyo del pueblo es más importante que el de los gobiernos, que cambian de cuando en cuando”.

El dalái lama se muestra decepcionado por la actitud del presidente chino, Xi Jinping, a cuyo padre conoció en 1954.

Cuenta que, cuando Xi Jinping llegó a la presidencia, “algunos de sus amigos chinos” le decían que tenían “una percepción muy positiva. Pero eso ha cambiado recientemente”, tal vez por la influencia de “partidarios de la línea dura”.

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