Nicolás Maduro busca «lavar su imagen» con la cumbre de los Países No Alineados –que este martes comienza en isla de Margarita– y con la presencia en Venezuela del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Así coinciden distintas fuentes de la oposición venezolana. El presidente venezolano le ha pedido al político socialista español que se quede unos días más en Caracas para mostrar ante la cumbre del Movimiento de los Países No Alineados (Mnoal), que se celebra a lo largo de esta semana en Margarita, que él mantiene un diálogo con la oposición y no es tan intolerante como lo pintan. En su misión de mediador, Zapatero ha prolongado su estancia en Venezuela –al menos hasta este martes– para sacar las castañas del fuego a Maduro, reseñó ABC.es.
El expresidente español ha destacado que la «positiva» reunión del pasado sábado con el jefe de Estado venezolano representó «un impulso al diálogo nacional, que es el camino a la reconciliación». Zapatero aseguró además que estos días «ha logrado avanzar en el diálogo» con la oposición y exhibió como un gran logro la liberación del activista de Voluntad Popular Gabriel San Miguel, tras dos meses de prisión. Aunque la excarcelación del joven disidente –que tiene la nacionalidad española y la venezolana– fue celebrada por la oposición, ha empeorado la situación de los más de cien presos políticos, entre ellos Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos.
Maduro continúa su escalada represiva contra los opositores mientras busca lavar la imagen ante sus invitados de los No Alineados con un peculiar diálogo dirigido por Zapatero. El opositor Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional (de mayoría opositora), sostiene que la cumbre de Margarita pretende “lavar la cara de un gobierno que perdió la calle, que viola derechos y que no tiene el apoyo del pueblo”.
La isla de Margarita, sede de la cumbre, se ha convertido en el epicentro del enfrentamiento entre Maduro y la oposición, que reclama la fecha de la segunda fase para convocar el referéndum revocatorio de su mandato, que es la recogida del 20% de las firmas (3,9 millones) para este mismo año. El presidente bolivariano rechaza el proceso constitucional de la consulta popular y pospone los plazos (lleva más 80 días de retraso) para evitar ser derrotado en las urnas este mismo año. A Nicolás Maduro no le importa que la consulta se celebre en 2017, porque la ley le permite entonces nombrar a su sustituto, en este caso el vicepresidente, para que concluya su mandato hasta 2019.
Ni drones
Para evitar que Margarita se convierta en un hervidero de protestas de la oposición para exigir el revocatorio –aprovechando la presencia de delegaciones de 120 países, solo 11 de ellas de alto nivel–, Maduro ha bloqueado la isla. El gobierno ha impedido la llegada de vuelos y embarcaciones privadas durante esta semana, incluidos los drones por control remoto.
Pese a estas restricciones, la oposición inundará la isla con protestas para denunciar la violación del derecho constitucional al revocatorio y de los derechos humanos por parte del jefe de Estado anfitrión. «Llevaremos la movilización hasta la isla de Margarita si el Consejo Nacional Electoral (CNE) no anuncia la fecha del referéndum», subrayó el gobernador de Miranda, el opositor Henrique Capriles.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha retrasado hasta el viernes una movilización nacional llamada Toda Venezuela, que incluye marchas en todo el país para exigir el calendario electoral y las condiciones para la recogida del 20% de las firmas.
La tensión en Venezuela ha ido escalando. El Gobierno ha trasladado a los presos comunes de Margarita, en el estado de Nueva Esparta, a tierra firme para «lavar la imagen» de la isla. También ha ordenado reforzar la seguridad con más de 14.000 agentes. Así lo anunció el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, al detallar el despliegue de seguridad para la XVII cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
Vuelos financiados
La oposición venezolana, por su parte, ha criticado que el presidente Maduro se haya gastado 150 millones de dólares (133,4 millones de euros) para financiar los vuelos de las 120 delegaciones de los países No Alineados, mientras el país sufre su peor crisis de escasez de alimentos y medicinas, y los ciudadanos pasan hambre porque no hay dinero para importar productos básicos.
El parlamentario Luis Florido consideró que, con esta cumbre, el chavismo pretende «disfrazar la realidad que vivimos los venezolanos ante el mundo». Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea, señaló por su lado que se trata de «una especie de evento convocado entre pares, entre amigos», al que invitaron a «una gran cantidad de dictadores». «Esta organización tercermundista (Mnoal) ya estaba moribunda y Maduro intenta resucitarla para lavarse la cara. Es inútil e innecesario el movimiento», apostilló el diplomático Óscar Hernández.