La decisión anunciada ayer por la Santa Sede de aceptar mediar en la búsqueda de una solución a la crisis que vive Venezuela “echa un balde de agua fría a quienes, desde los extremos, tratan de dinamitar toda posibilidad” de diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana, señaló este miércoles el secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, Jesús Chuo Torrealba.
Nota de prensa
“Allí tendremos por fin un escenario donde podamos avanzar, por un lado, en la resolución de los obstáculos ilegales que el gobierno ha colocado en el referendo revocatorio, en la construcción de la solución electoral; y por otro lado, para que podamos avanzar en el diseño de esa imagen del futuro país en la que todos nos veamos representados y reconocidos”, aseguró Torrealba en su programa radial La Fuerza es la Unión.
“Con una mediación como la del papa aquí se acaba el pan de piquito, se acaba la posibilidad de que uno diga una cosa y después digan que no, que es otra”, agregó.
El alto vocero de la coalición partidista opositora leyó la comunicación oficial enviada ayer, en nombre del papa Francisco, por monseñor Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano – cargo equivalente al de canciller – al expresidente colombiano Ernesto Samper, secretario general de Unasur, anunciando la disposición de la Santa Sede de participar como mediador en la búsqueda de soluciones a la crisis venezolana.
“Esto es sumamente importante aunque no nuevo, porque es una exigencia que venía haciendo desde hace tiempo la Unidad. Pero por haberse producido ayer, echa un balde de agua fría a quienes desde los extremos tratan de dinamitar toda posibilidad de conversación y empujar al país al barranco de la violencia”, indicó.
La carta señala, sin embargo, que la disponibilidad de la Santa Sede está sujeta a que tanto el gobierno del presidente Nicolás Maduro, como la Unidad Democrática se lo soliciten directa y simultáneamente “una vez que hayan tomado la firme decisión de iniciar formalmente el diálogo”, según leyó Torrealba. “Así – prosiguió – el gobierno venezolano y la oposición serán los principales responsables de la mencionada petición y estarán más receptivos a acoger las eventuales sugerencias a fin de seguir adelante de manera duradera y provechosa”.
Torrealba destacó que esta condición “es muy significativa, porque la da a la oposición democrática en Venezuela un reconocimiento y una relevancia que hasta ahora el gobierno ha querido ningunear y negar”.
Antídotos contra las urticarias
El también activista social justificó la decisión de la Unidad de haberse reunido recientemente, en dos ocasiones, con representantes del gobierno, en una suerte de pre diálogo. “Nuestro objetivo es el mismo que hemos planteado siempre: la necesidad de acelerar la construcción de la solución electoral a la crisis humanitaria que está viviendo el país, y así lo planteamos de manera expresa en esa reunión”, aseguró.
“Alguna gente pregunta por qué fue en secreto. Lo fue por la solicitud que nos hicieron las personas que estaban allí, de que estas primeras reuniones fueran en un marco de discreción para llegar a unos acuerdos mínimos y, cuando hubiese algo que mostrarle al país, entonces se diera la reunión pública con la presencia de los mediadores. Eso fue lo que ocurrió”, explicó.
En cuanto a las críticas que algunos sectores han hecho por tales reuniones, Torrealba señaló que hay personas a quienes les da “urticaria” el solo escuchar la palabra diálogo, pero recordó que casi el 90 por ciento de los venezolanos “quiere que aquí haya dialogo para garantizar una salida en paz y eso es lo que está haciendo la Mesa de la Unidad Democrática”.
“Nuestro interés es articular la transición, articular el cambio del poder porque el poder se está cayendo a pedazos. El país está en una situación de crisis muy grave y el gobierno, literalmente, se está cayendo a pedazos, como se demostró en Villa Rosa. Y para lograr eso tenemos que hablar con quien sea y donde sea, pero hay que articularlo”, insistió.
Sacar a Venezuela del foso
Torrealba comparó la actual situación del gobierno con la de un edificio que está derrumbándose pero en cuyo interior está el país completo. “El edificio que se está cayendo es el gobierno, pero nosotros, el país, está adentro. Nuestro trabajo consiste en construir otro edificio, pero primero tenemos que salir con bien de esta circunstancia, tenemos que garantizar que de este momento muy complejo de la historia salgamos en paz y por la paz”.
“Eso no es sencillo. Si lo fuera, no nos hubieran llamado (los del gobierno). De lo que se trata es de derrocar democráticamente a un gobierno que no es democrático, de derrotar de manera pacífica a un gobierno violento. No es sencillo, pero es nuestro trabajo”, aseguró.
Precisó que el país tiene un déficit de por lo menos 20 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que requiere entre 35 mil y 60 mil millones de dólares de dinero fresco “no para lanzarse hacia el futuro, sino para apenas obtener algo de estabilidad y empezar a marchar distinto” y eso se logrará “apenas aquí se monte un gobierno distinto”.
“Ese dinero se puede obtener del Fondo Monetario Internacional (FMI), del gobierno chino o en el mercado internacional ¿Pero quién le va a dar al futuro gobierno venezolano medio dólar partido por la mitad, después de todo lo que hemos pasado en Venezuela?”, planteó.
“La única manera de tener acceso a esas fuentes de financiamiento es mostrando un gobierno que tenga, en primer lugar, una gran solidez interna; y en segundo lugar, sólidas alianzas dentro del país para garantizar la estabilidad”, explicó.
“Para lograr eso es fundamental salir de esta circunstancia en paz”, insistió, recordando que los españoles aún “tienen vivas las cicatrices” que les dejó la Guerra Civil, a pesar de que ya han pasado 80 años, 40 de dictadura franquista y 40 de democracia.
“Entiéndase bien: esto que se está haciendo es, por un lado, por razones de principios, que los tenemos muy claros. No queremos un país donde se siga viviendo desde el autoritarismo y en el que solo se cambie al autoritario, al mesías, al caudillo. Queremos un país democrático de verdad, y la única forma de construirlo es con los instrumentos de la democracia. Esas son las razones de principios”.
“Pero también hay razones de otra índole, que tienen que ver con la forma en que sacamos al país del sótano 41 donde está, y lo ponemos al menos en planta baja para empezar a construir los pisos hacia arriba. Y todo eso demanda que la solución a este desastre sea en paz y por la paz. Para eso hay que tener la fuerza que obligue a quienes están en el poder a entender que hay una nueva correlación, una nueva realidad en el país; y por otro lado, la habilidad, la inteligencia y la estrategia para articular todos los escenarios que sean necesarios para lograr que, en efecto, esa solución electoral y pacífica sea posible”.
“Nosotros vamos a estar en todos los escenarios de lucha: en la calle, en la mesa y donde sea para hacer avanzar el derecho del pueblo a construir una solución pacífica y urgente a este drama, porque el país no aguanta más (…) Por eso la Unidad asistió a esa reuniones de pre-dialogo”, concluyó.