Es comprensible que los momentos tan difíciles que vive el país sean de apremio, pero de ahí a que tengamos que apresurarnos y cometer errores que puedan ser costosos, no se puede entender. El apuro en política puede ser una equivocación grave. Por eso debemos permanecer unidos y medir cada paso.
Sobre todo porque estamos ante un gobierno desesperado y mañoso, que en medio del miedo que tiene porque saldrá del poder, usa todos los mecanismos que tiene disponibles para llenar de trampas el camino hacia el cambio del modelo. Tenemos que salir del sistema que nos trajo al borde del colapso.
Nadie puede descartar el diálogo como una forma de negociación que permita construir la salida a la actual crisis. Negociación no implica entregar o vender tus ideales y mucho menos hipotecar las aspiraciones y derechos de todo un pueblo. Negociar es acordar. Es construir un resultado que permita que ambas partes puedan alcanzar parte de sus objetivos.
Frente a cualquier escenario que permita configurar el anhelado cambio, los factores democráticos debemos permanecer unidos. Si nos dividimos le hacemos el juego a un Gobierno que maniobra todos los días para intentar derrotar y controlar a quienes representamos a la mayoría.
La actual coyuntura que vive Venezuela no puede ser comparada con ningún hecho ocurrido en la historia republicana. Son tiempos de poca normalidad, de mucha incertidumbre y hasta de radicalización en ambos bandos. Son tiempos de madurez y de aprender de los errores. Precipitarse no es la posición correcta. Porque quien se apura a veces queda fuera de juego.
El pueblo venezolano puede estar completamente seguro que en la Mesa de la Unidad Democrática no vamos a entregar los derechos del pueblo. Eso es un compromiso sagrado para todos. Respetamos a los venezolanos porque son nuestro motivo de lucha. Queremos un cambio, pero debemos saber allanar el camino hacia meta.
La solución a la crisis pasa por acatar la Constitución y ganar una medición en las urnas. Ojalá el Gobierno entienda que la paz de la República corre peligro. Ellos lo saben porque así lo confiesan en privado. Aspiro que prive la sensatez, porque si se siguen cerrando las válvulas para drenar la tensión social, se abre el camino a escenarios violentos que son poco manejables. Los venezolanos queremos paz pero con progreso.
@PabloPerezOf