En nuestro país cada día se resquebraja más la confianza entre los venezolanos, veamos un día cualquiera: Salimos caminando, mirando a todos lados , a nuestro alrededor, desconfiando de que cualquiera pudiese ser un ladrón, cuidamos cada palab ra porque no sabemos quién pueda estarnos escuchando, porque ahora hasta las paredes escuchan y sino que revisen los juzgados y las acusaciones de patriotas cooperantes, pero sigue nuestro día, y el profesor en clase pasa todo el examen con los ojos bien abiertos, a ver quién se está copiando, de repente hay una buena idea, pero en el trabajo al llegar no se la cuento nadie porque si no cualquiera puede arrebatármela y así salgo de nuevo a casa, mirando nuevamente en la camioneta a todos los que me rodean, sin saber sus historias, sin hablar con ninguno, simplemente escuchando lo mismo que yo vivo, tristeza, crisis, desesperación por doquier, al llegar a la casa pregunto por las medias que había dejado en la cama, ya no están allí, no se consiguen, mi hermano me dice que no las ha visto, pero yo por dentro sé que debió haberlas usado. Pues así transcurre el día de cualquier venezolano que va por la vida sin darse cuenta de eso que ha penetrado nuestra sociedad: LA DESCONFIANZA, y con ella una gran consecuencia perdimos todo el CAPITAL SOCIAL.
¿Qué es el capital social para un país? Es la construcción de relaciones con el otro o con organizaciones e instituciones, basadas en las normas, en las redes e indispensablemente en la confianza, es lo que conforma las interacciones sociales que nos llevan realmente a ser una sociedad que avanza.
Teniendo un claro ejemplo de cómo nuestro país ha perdido el capital social, debido a la intensa desconfianza, ¿Qué podemos esperar que cambie en los procesos políticos? Hoy el chavismo, la mud e inclusive la sociedad civil en si misma, hace política en desconfianza con todos los actores, inclusive o primordialmente con sus mismos colectivos, esta es la simple explicación de porqué no avanzamos hacia la caída de la dictadura y la apertura de las fronteras de la libertad. No somos capaces de generar un plan estratégico consolidado porque no hay confianza entre los miembros de un partido, de una alianza y de un colectivo con una misma visión como somos hoy los demócratas, no confiamos en que se entenderán las estrategias y que la opinión pública no será la principal enemiga, por eso no se plantean públicamente encuentros para lograr un dialogo, pero a su vez, esto tiene que ver con que la oposición no confía en sus “lideres” para llevar adelante una negociación en su nombre, pero peor aún ¿Por qué no hay una estrategia cónsona compartida? es porque no confiamos en el otro, pero esto no es porque simplemente estemos locos, sino porque la dictadura así lo ha buscado, nos pone a desconfiar entre nosotros mismos, con sus mensajes contradictorios, sus chismes de farándula, sus patriotas cooperantes (Que probablemente ni existen), simplemente usan la máxima de Maquiavelo divide y vencerás.
A lo mejor estas son palabras incomodas, pero deben ser dichas, porque la única forma de avanzar es entendiendo el problema, atacándolo y realmente buscando la única solución posible para que realmente haya un CAMBIO DE SISTEMA, eso pasa por CONSTRUIR CONFIANZA, primero dentro de tu colectivo natural y luego con el que está en un nivel más afuera del tuyo, hasta llegar a lo que lo recubre: los demócratas de nuestra sociedad.