Cuando estás en un bar y ves a una chica linda que te llama la atención, lo correcto para todo macho alfa es comprarle una bebida. Esta maniobra, por supuesto, tiene sus riesgos: existe la posibilidad de que a la chica simplemente no le gustes y niegue tu bebida; fin. Luego está la chica que aceptará tu bebida porque le pareció un lindo detalle; coqueteará contigo y quizá habrás ganado pasar toda la noche con ella en el bar, su teléfono o algo más (felicidades). Pero luego está la otra chica que aunque aceptará tu bebida, eso será todo. A lo mucho te dará su teléfono y ya. Se irán cada quién por su lado.
Abby Fenton es una estudiante de 18 años de edad que salió a un bar para celebrar su admisión en la Universidad de Leeds Beckett. De pronto fue abordada por un joven que le preguntó si podía invitarle una bebida, en un claro intento de coqueteo.
Ella aceptó, platicaron un poco, intercambiaron números, y cada quién se fue por su lado. No hubo magia ni un intento de él por contactarla inmediatamente, hasta que un par de semanas después ella recibió un mensaje extraño de un chico:
-Hola. Espero que no te importe, cariño; pero ¿puedes transferirme de vuelta los 6.50?
-¿Quién eres?
-Liam, del Viper Rooms hace unas semanas. Te compré una bebida; ¿podrías devolverme el dinero? Te daré el número de cuenta. Gracias.
-… No te preocupes, pásame la información de tu banco
Ella compartió esta graciosa historia e insiste en que no hay resentimientos con él.
“Recuerdo que no iba tan bien vestido. Yo siempre miro los zapatos de las personas y recuerdo que traía zapatos de Primark, así que tal vez necesitaba el dinero”.
Aunque la chica se ha reído de la situación, está preguntándose si este chico se quedó sin dinero por intentar conquistarla.
¿Qué opinan, varones? ¿Es un beta, un alfa? Invitarle un trago a una chica, y si no se queda ¿cobrárselo?
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