El apuro de muchos venezolanos por un cambio urgente, no es una razón lógica para lanzar cualquier cantidad de acusaciones contra la Unidad y los partidos que la integran. Con todos los errores que se hayan podido cometer, la MUD ha sabido interpretar el sentimiento popular y además acompañar al pueblo en sus penurias.
Así como en el Gobierno hay radicales, del lado opositor también hay radicales que se creen con el derecho de cuestionar y acusar de “colaboracionistas” a quienes estamos en la Unidad, porque según ellos falta la valentía para combatir al régimen y desalojarlos del poder.
La violencia no es el camino, porque si fuera así estuviéramos en presencia del Gobierno más exitoso del mundo porque se basa en el uso indiscriminado de la violencia. Pero no solo la violencia física a través de la represión oficial y parapolicial de los colectivos. También violencia psicológica con las amenazas y despidos a los empleados públicos y la violencia en el discurso, cuando sus palabras están cargadas de términos guerreristas.
En política hay que actuar con madurez y mucha cabeza fría. En nada servía a la causa del cambio que ante la ilegal y arbitraria decisión de las rectoras oficialistas del CNE, la MUD saliera a quemar las velas en una lucha sin retorno. Se hizo lo correcto: abrir la discusión hacia todos los sectores y tomar una decisión lo más consensuada posible. Si actuamos con apuro y con la molestia que causa la nueva maniobra oficial, hubiésemos caído en la trampa del Gobierno.
¿Cuál es la trampa oficial? Que abandonáramos el proceso de activación del revocatorio y además escogiéramos una vía que pudiera terminar en violencia. El Gobierno pretendía sacarnos del juego democrático y constitucional, para meternos en el camino de una rebelión que ellos hubiesen aniquilado con la represión de sus policías, militares y colectivos.
El Gobierno trabaja incansablemente para destruir la Unidad en lo interno y externo, tratando de sembrar dudas a través de sus laboratorios que fabrican mentiras con el propósito de engañar a la mayoría de los venezolanos. Pase lo que pase estamos con Venezuela y nunca hipotecaremos el deseo de cambio de los venezolanos.
La MUD es y seguirá siendo siendo la genuina coalición que agrupa a partidos y a la sociedad civil en un mismo propósito: el cambio. Y esa transición viene porque así lo desea más del 80% de los venezolanos. En eso estamos trabajando, pero lo hacemos con inteligencia y sin la impulsividad que no trae buenos beneficios.