La situación de escasez de medicamentos e insumos dentro del Hospital Central Antonio María Pineda no solo afecta a los pacientes allí ingresados sino a cada uno de sus familiares, quienes día tras día tienen que experimentar la desesperación y angustia que conlleva el rol de acompañante, reseña El Impulso.
José Marrero se encontraba junto a su esposa a las afueras del servicio de Emergencia del centro de salud, ya que su hija fue ingresada por una sospecha de apendicitis. Marrero relata que solo dos días de hospitalización ha tenido que gastar más de 15.000 bolívares con la compra de insumos y costear los exámenes de sangre en los laboratorios privados.
Desde el mes de marzo, en el área de clínica sanguínea del hospital solo cuentan con reactivos de glicemia, urea, creatinina, colesterol y triglicéridos. Por consiguiente, la mayor parte de los reactivos necesarios para pacientes de emergencia, operaciones y sala de parto, se encuentran totalmente inexistentes.
Quienes tienen que realizarle los estudios sanguíneos a sus familiares para examinar sus valores en sangre, deben dirigirse con los tubos de ensayo hacia las clínicas o laboratorios privados. Lo mismo sucede con los insumos médicos y medicamentos. La institución no está dotada de implementos necesarios para atender a sus pacientes y los mismos acompañantes deben costearlos.