Escribir sobre Gustavo Pérez Osuna es dedicar cada letra, cada línea a un hombre honesto, digno, honorable, integro, intachable, cabal, educado, discreto, pero sobre todo, gran luchador por la democracia venezolana.
Ayer 11 de Octubre del 2016, la luz de la vida se apagó para ese hombre, se apagó una estrella; o quizás tan sólo se ausentó para ganar espacio, e iluminarnos mejor desde los cielos.
No hay palabras para describir el agradecimiento profundo que hoy sentimos tus allegados, tus amigos y tus familiares de haberte tenido junto a nosotros. No te basto este mundo terrenal para izar con orgullo el tricolor nacional, la bandera de 7 estrellas y el escudo democrático, se nos fue un gran enamorado de su país, un conocedor de la política, un maestro y un ejemplo a seguir.
Cada noche ahí sentados, en el mismo lugar conversamos de lo mucho que nos tocaría hacer después de la salida del la tiranía, entre cafés se nos pasaban las horas, era un placer escucharte hablar, cada anécdota, cada historia, estaban llenas de lo mucho que diste por Venezuela, siempre claro, con premura pero con tranquilidad.
Siempre a la orden…
No es un adiós, ni mucho menos un olvido, sino el recuerdo eternos de cada uno de los que tuvimos la dicha de compartir junto a ti la vida. Hoy tus padres te reciben en el cielo; Jose Antonio y Maria Cristina tus eternos enamorados… Como dirían “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo”.
Hoy serás nuestro recuerdo, y nuestras inspiración para siempre!
Hasta Pronto Gus, ¡Hasta Siempre!, llego la hora donde te toca lanzar la última bola y estoy seguro que será una excelente chuza.
Te estaré por siempre agradecido.