La capilla ardiente del dramaturgo italiano y premio Nobel de Literatura, Dario Fo, que murió ayer a los 90 años, quedó instalada hoy en el escenario del Piccolo Teatro Strehler en Milán (norte).
El primero en llegar a la capilla ardiente para saludar a Jacopo Fo, el único hijo del dramaturgo y de Franca Rame, su esposa y inseparable compañera profesional, fue el alcalde de Milán, Giuseppe Sala.
El ataúd ha sido situado junto a un caballete con una foto del escritor, actor y poliédrico artista e intelectual que sonríe con una brocha en su mano, ya que la pintura era otra de sus pasiones.
La capilla ardiente permanecerá abierta hoy y mañana hasta el mediodía cuando los restos mortales del premio Nobel serán trasladados a la plaza de la catedral de Milán donde se celebrará una ceremonia laica.
Fo será enterrado junto con su mujer, que falleció en mayo de 2013, en el cementerio Famedio de Milán, donde tienen su sepultura las personalidades más ilustres de la ciudad.
El dramaturgo y actor, que recibió el Nobel en 1997, falleció ayer a los 90 años en un hospital de Milán, donde se encontraba ingresado desde hace unos días por problemas respiratorios.
Tras los mensajes de pésame y de elogio al dramaturgo, Jacopo Fo criticó en su página de Facebook que ahora todos “celebraban” el arte de su padre “después de una vida en la que hicieron de todo para censurarle y atacarle de todas las maneras”.
Sus controvertidos espectáculos teatrales en los que sobre todo atacaba a la política y a la religión católica le valieron el veto en la televisión pública RAI durante muchos años. EFE