El gobierno provincial de La Habana ordenó suspender provisionalmente la concesión de licencias para abrir restaurantes privados en la capital cubana, informó este lunes un funcionario.
AFP
“Desde el día 16 de septiembre se suspendió, de manera provisional, la entrega de licencias para la actividad”, declaró a la AFP un funcionario provincial, que prefirió no revelar su identidad.
Los permisos los entrega la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social.
El funcionario explicó que desde esa fecha “se han venido realizando reuniones” con los propietarios de restaurantes privados, conocidos popularmente como “paladares”, para “tratar situaciones de indisciplina social”.
Asimismo, “se están haciendo visitas a las paladares que ya están establecidas (…) buscando un poco disciplinar lo que ya tenemos, para luego continuar” entregando los permisos, agregó.
Los restaurantes o cafeterías privados se multiplican en la isla al amparo de las reformas económicas que el presidente Raúl Castro inició en 2011 y que han abierto un mayor espacio a la iniciativa privada. Actualmente existen más de 2.000 en todo el país.
Ante la ausencia de grandes mercados mayoristas, estos establecimientos compran sus suministros en tiendas minoristas, convirtiéndose en competidor del ciudadano común, lo que estimula el aumento de los precios y provoca desabastecimiento.
Por ejemplo, la compra de vegetales y carnes en forma masiva por los centenares de restaurantes privados de La Habana ha disparado los precios de esos productos o la escasez de otros, como la cerveza.
Cuba importa alrededor del 80% de los alimentos que consume, lo que obliga al gobierno a desembolsar más de 2.000 millones de dólares anuales, una cifra alta para el erario público.