El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, “Carlos”, que cumple dos cadenas perpetuas en Francia, ha sido convocado a juicio el próximo marzo por un atentado en París en 1974 que causó dos muertos y 34 heridos, confirmó hoy a EFE su abogada, Isabelle Coutant-Peyre. EFE
La letrada fue contactada por el tribunal esta semana y ésta le contestó de forma irónica que Carlos va a ser juzgado, según dijo, “por un caso prescrito y que ha sido archivado en dos ocasiones”, en contra del criterio del tribunal.
En su dictamen tras la audiencia celebrada el pasado 13 de abril, la sala de instrucción del Tribunal Supremo francés había rechazado el recurso presentado para intentar evitar el juicio.
Los jueces del Supremo negaron que el encausado -al que se acusa de asesinato y tentativa, daños materiales causados con explosivos e infracción de la normativa sobre armas- pudiera esgrimir la prescripción para no sentarse en el banquillo.
Para los magistrados, los procedimientos de la investigación en otros sumarios, que a su juicio están conectados con éste, evitaban la prescripción sobre ese ataque con granadas contra el Drugstore Publicis del barrio de Saint Germain que se produjo el 15 de septiembre de 1974.
La abogada se quejó entonces de que “una vez más, el Tribunal Supremo, como las otras jurisdicciones, demuestra visiblemente una ausencia de independencia frente a instrucciones políticas que vienen de Francia o de otras partes, esencialmente de Estados Unidos”.
La primera pena a perpetuidad contra “Carlos” se dictó en 1997 por haber asesinado en París el 27 de junio de 1975 a dos agentes secretos franceses y a un confidente.
En junio de 2013, la Justicia francesa confirmó en apelación otra condena a perpetuidad por cuatro atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 en los que murieron once personas y cerca de dos centenares resultaron heridas, y le impuso además un periodo de 18 años sin poder solicitar ningún tipo de beneficio penitenciario.
Ramírez Sánchez fue capturado en Sudán en agosto de 1994, en una operación de los servicios secretos -calificada repetidamente como “secuestro” por Coutant-Peyre-, y desde entonces permanece encarcelado en Francia.