El exministro Fernando Carrillo fue elegido este jueves en Colombia como el nuevo procurador general de la Nación, un cargo que se ocupa de vigilar a los funcionarios.
AFP
“Seré un procurador que ofrece y garantiza independencia, ecuanimidad, imparcialidad, equilibrio, ponderación y humildad. Que jamás hará del poder una herramienta para engranar intereses particulares”, dijo Carrillo en su discurso de aceptación ante la plenaria del Senado.
Carrillo, un abogado nacido en Bogotá en 1963 y quien fue ministro de Justicia (1991-92) y director de la Agencia Jurídica de Defensa de la Nación en 2012, fue elegido por el voto de 92 de los 101 senadores y asumirá las funciones de procurador general en enero por un período de cuatro años.
“Llegar a la Procuraduría General de la Nación en este momento de transición hacia la paz es el máximo honor que se me puede prodigar”, agregó Carrillo.
El gobierno de Juan Manuel Santos promueve diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para superar un conflicto armado de 52 años que ha involucrado también a paramilitares y agentes del Estado, con un saldo de más de 260.000 muertos y 6,9 millones de desplazados.
El nuevo procurador, uno de los líderes del movimiento estudiantil “Séptima papeleta” que en 1990 impulsó una Asamblea Nacional Constituyente, sucederá al polémico Alejandro Ordóñez, quien tuvo que dejar el cargo tres meses antes de la finalización de su mandato por orden de un alto tribunal.
El Consejo de Estado declaró en septiembre nula la reelección de Ordóñez, duro opositor al acuerdo de paz con las FARC, por irregularidades en su postulación.
Durante casi ocho años en el cargo, Ordóñez ordenó cientos de destituciones e inhabilitaciones por corrupción de funcionarios.
El exprocurador es conocido por sus férreas posturas ultraconservadoras, entre ellas su oposición al matrimonio y la adopción entre parejas homosexuales, al aborto y a la despenalización de las drogas. Por ello, varios sectores lo acusaron insistentemente de persecución.
Abogaré por “una Procuraduría que no sea vocera de los radicalismos y que sea tribuna del derecho y de la seguridad jurídica”, afirmó Carrillo.