El Gobierno está encerrado en su propia trampa ideológica y de abusos a la Constitución. Van de error en error en su desmedida pretensión de perpetuarse en el poder. Su última equivocación fueron las decisiones penales que tratan de asesinar el revocatorio. Todo eso es el resultado de su falta de cohesión.
Está claro que en el régimen cada tendencia viene actuando de acuerdo con sus intereses y eso viene afectando su posibilidad de salir de la mejor manera posible de esta crisis. Por eso vemos que unos grupos actúan de forma radical, mientras otros tratan de encontrar salidas a través del diálogo.
A raíz de los últimos atropellos legales, un sector del régimen apuró a sus mediadores para construir el diálogo con la oposición, pero llegaron tarde porque gracias a la labor de la diplomacia internacional, en especial del Vaticano, ya ellos no tienen control sobre ese escenario de negociación. Ahora se abre una nueva posibilidad de encontrar soluciones a la terrible crisis que afecta al país.
Hay una clara intención de facilitar un diálogo, pero la oposición no puede acudir a esa cita sin condiciones ante un Gobierno mañoso y abusador. Si acudimos sin condicionamientos claros, ese diálogo se puede convertir en una infinita cantidad de reuniones que no traerán resultados positivos.
Nuestra principal condición debe ser la restitución completa de la democracia y eso pasa por activar el referendo revocatorio, el respeto de la Asamblea Nacional, la libertad de los presos políticos y la renovación de los poderes públicos, entre otras cosas. No podemos acudir, por más buenos deseos tengan los facilitadores internacionales, a dialogar con un régimen que sólo busca ganar tiempo y cruzar con el menor daño colateral posible la tormenta creada por sus propios errores.
Estimo que la llegada a Venezuela del representante del Vaticano para ese diálogo el Nuncio Apostólico en Argentina, Emil Paul Tscherrig, es un buen síntoma de la gran probabilidad, a pesar de los nubarrones, de superar la crisis política que tiene paralizado al país.
Pero para lograr el cambio que la mayoría de los venezolanos desean, se requiere además la presión de calle que fusionada con la rebelión constitucional acordada en la Asamblea Nacional, permitirá canalizar junto al diálogo una transición del modelo actual que sólo trajo miseria, a un sistema de mayores libertades y sobre todo progreso.
@PabloPerezOf