Es que ni en el mismo comunicado emanado, del triste, y no representativo dialogo del pasado domingo en el Museo Alejandro Otero, aparecen tipificados como “Presos Políticos” estos valientes venezolanos, sino prácticamente como presos comunes, a quienes se revisará los casos, uno por uno, y evaluaran su situación. Que además, entre palmadas, abrazos y risas, pusieron en riesgo la agenda de lucha y la salida de la dictadura en Venezuela. Me niego rotundamente a que no se reconozca el carácter real de la represión y acciones del gobierno, y aún más, que esta posición sea compartida, por mero pragmatismo, por quienes pretenden hablar por la totalidad de la oposición venezolana, en un dialogo privado y de espaldas al país.
No quiero ni imaginar, las consecuencias negativas que de esta situación puedan derivarse en el acontecer político venezolano actual, en las distintas agendas de lucha ya planteadas y en los procesos que están en marcha. No podemos aceptar que nuevamente el gobierno nos imponga la agenda apaciguadora, y más esta que está fomentada en la extorsión y el chantaje, jugando con nuestras convicciones de una Venezuela Libre y consiguiendo su frio objetivo, que sigue siendo oxígeno y tiempo en el poder. Ante esta nueva trampa del régimen Venezolano, con sus aliados incondicionales, en el sometimiento y hambre en el país, como lo son la UNASUR, los expresidentes Torrijos, Fernández, Samper y Zapatero, la oposición venezolana debe retomar a los principios fundamentales de esta lucha: la coherencia, la acción y la contundencia.
Las negociaciones y acuerdos deben generarse, pero no así, y mucho menos a costa de los cientos de miles de venezolanos que pasan hambre hoy, de los jóvenes y estudiantes que valientemente seguimos en la calle luchando por nuestro presente y futuro, de las madres venezolanas que lloran día a día a su hijo asesinado por la violencia del país o en el exterior exiliados por nuestra situación. Nuestra libertad va más allá de estar tras una celda, no son solo nuestros presos políticos quienes son usados como rehenes por parte de esta dictadura, somos todos los venezolanos prisioneros de los intereses de una cúpula que no desea dejar el poder. Para este gobierno, somos 30 millones de rehenes políticos, por eso debemos seguir exigiendo y luchando por un cambio político y la libertad este 2016.
Fernando Marcano