Rehenes, secuestrados, presos, privados de libertad, como quiera llamárseles, pero la peste chavista es una sola y lleva 18 años aposentada en el poder. Es el régimen perverso, la continuación de aquella desgracia que instauró en mala hora el mediocre milico golpista, resentido y delirante.
Para quien escribe son presos políticos, aunque de facto se le dé –igual de perverso- trato y uso de rehenes o secuestrados. Están libres y ello no se trata ni comporta ninguna dádiva ni favor. Su libertad no es gracias del régimen que desgobierna, es un derecho.
Así las cosas, no es descabellado colegir que se trata del juego macabro que lidera el neopaisano y sus adláteres, en cuya práctica tramposa los mantiene presos para el ulterior trueque o canje.
En horas de angustia, reitero mi complacencia por la libertad de todo preso inocente (político o no). No hay mejor hora que aquella en que los libertan. Y creo, tengo la plena convicción que tales liberaciones no significan en modo alguno “la traición a todo un pueblo”.
Es la libertad de inocentes que injustamente fueron confinados a las mazmorras del desgraciado chavismo, donde los enfermos Nereo Pacheco y Tarazona de nuevo cuño, disfrutan sádicamente causándoles daño, incluso a sus familiares que incluyen niños. ¡Miserables!
Los ataques al Estado de Derecho deben responderse desde el Estado de Derecho, pero ello es difícil o complicado cuando tal cosa no existe. Cuando el Estado de Derecho no existe o se halla mediatizado, como en este caso por el régimen, claro que ello impide o limita soluciones.
Con estupor vemos como ese portento de la democracia y de los DD. HH que Darío Vivas, ha dicho alegremente: “la liberación de opositores demuestra que el Estado de derecho funciona”, demostrando su incapacidad parta entender que al decir “liberación de opositores“, se asume que no hay tal Estado de Derecho. Conviene advertir que el Estado de Derecho funciona, pero no con la peste chavista. Si funcionara, no los hubieran apresados. Y desde luego, nos queda la esperanza de que funcione en libertad.
No se queda atrás el psiquiatra que desgobierna a Caracas, Jorge Rodríguez: “Liberación de presos fue un gesto de buena voluntad de los Tribunales“.
No solo la maldad y la desgracia compulsiva de este ser, con este dicho vemos su propia ineptitud al asumir que en verdad son presos inocentes. Jamás podrá el quinto “rePtor” del CNE, alegar su propia torpeza para defenderse. No da para más su resentimiento ni el delirio de ideas explosivas y planes diabólicos.
A riesgo de seguir recibiendo toda clase de denuestos, supongo que a la MUD debe dársele un voto de confianza, sin sesgar en la crítica oportuna y objetiva. No es un conclave intocable ni un grupete de dioses infalibles. “Quien no evita un error, pudiendo, es como si ayudase a cometerlo”, decía Epicteto.
Toda jugada del régimen trocada en estratagemas perversas, cualquier zancadillas o trago de cicuta que ofrezca la bestial revolución (sic), puede dar al traste con los esfuerzos que se han hecho desde el lado de la oposición democrática, so pena de las críticas más adversas, incluso ataques despiadados contra la instancia política que nos ha llevado adonde estamos hoy.
Mientras se procura explorar alternativas de diálogo para superar el terrible marasmo que nos sacrifica, el neopaisano presidente lanza, con dineros del erario, un programa de baile o de radio, “La hora de la salsa”, donde se asume “Indestructible”. Este Nerón nacido no sé dónde, parece ignorar que el país puede estallar en cualquier momento porque las colas siguen por comida y medicinas, y por tantos otros insumos y necesidades de diversa naturaleza.
Cinismo extremo, tornillos trastocados, evasión infantil de los miedos o temores ante la inminencia de cambios en el país. Algo está lamentablemente claro, la destrucción sigue, el camino al abismo lo señala el sentenciado a venezolano, muy seguro él, aferrado al poder este curioso amante de la música afrocaribeña, pervertido desquiciado que aborrece la venezolanidad, al punto de decir que la oposición “Ni con votos entrará a Miraflores, ni por las buenas ni por las malas”.
Bueno, todos sabemos que no habrá “Rompe Saraguey” ni “Hierbero Moderno” que lo salve, porque no queremos “Morir en Cadenas”. Será defenestrado del poder “Pedro Navaja” y “Tras la Tormenta” tendrá que huir con sus “Juanito Alimaña” y después… que le “Pongan Salsa”.
Hay fuego en el 23. ¡Camínalo!
Jesús Peñalver