Antes de iniciar el año escolar vigente el Gobierno Nacional anunció que Los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), se prepararían para atender la demanda de insumos para el venidero período escolar con la confección de 1 millón 100 mil kits de uniformes escolares para igual número de niños y niñas entre 6 y 14 años de edad.
Nota de prensa
En ese sentido la profesora Sonciris Muñoz, miembro del equipo de Coordinación de la Causa Radical (LCR) en el municipio Piar fijo posición al explicar que esos anuncios quedaron solo en promesas, ya que de acuerdo a nuestros reportes de los más de 30 planteles menos que cuenta el municipio menos del 2% recibieron dotación ofrecida.
“Recordemos que el Presidente Maduro anunció la asignación de 6 millones 200 mil dólares para reimpulsar la producción textil, a través del convenio Bolivia-Venezuela, ante ello nos preguntamos que hicieron esos reales, que dice el Gobernador de los uniformes ofrecidos”, indicó la dirigente.
Para Muñoz, esa situación también se le suma el deterioro cada vez más del PAE (Programa Alimentación Escolar) que muchos niños y niñas no reciben la dieta balanceada lo que incide en un problema que el gobierno regional intenta ocultar.
El PAE fue creado en 1996 bajo la tutela del Ministerio de Educación con dos modalidades: el plato servido en comedor, preparado por “madres procesadoras” que cocinan alimentos en unidades educativas; y el “servicio de alimentación o de distribución”, que prestan por proveedores —entre los que se incluyen cooperativas, PDVAL y MERCAL— bajo las figuras de insumos o plato servido.
“Lo lamentable que el PAE en el municipio se cumple a medias, recordemos que la misma Contraloría reveló en 2013 que el programa funcionaba sin los mínimos controles fiscales. donde empresas cooperativas inflaban facturas y defraudaban al Estado en detrimento de la alimentación de miles de niños, niñas y adolescentes en planteles venezolanos”, agregó.
Finalmente exigimos un pronunciamiento del Gobernador ya que actualmente nuestros niños y jóvenes están viendo clases en condiciones cada vez menos favorables, lo que incrementa la deserción escolar y obliga atender de forma inmediata a Upata, El Manteco y El Pao.