Además de los flujos de droga y de armas, satélites del gobierno de Estados Unidos monitorean en tiempo real el movimiento de camiones llenos de reses que cruzan la frontera entre Colombia y Venezuela, publica El Tiempo.
Después del tráfico de gasolina, ese es el negocio ilegal transfronterizo más jugoso. La ecuación es simple: mientras una res vale 300.000 pesos en Venezuela, en Colombia la venden hasta en 1,6 millones de pesos.
“Las descuartizan en las trochas o en fincas binacionales y las comercializan en ciudades como Cúcuta. Pero hemos encontrado rastros de esa carne en Bogotá, y una res con sello venezolano en un lote que se iba a exportar desde Cartagena”, revela el coronel William Valero, director de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa).
Y agrega que los traficantes han llegado incluso a mutilarles la marca venezolana, para que no sean detectadas, y a coserles las heridas con cabuya.
En los últimos 10 meses, la Polfa ha aprehendido 1.895 vacas valoradas en 2.237 millones de pesos y 86.000 kilos de carne que entran en volquetas a más de 30 grados de temperatura sin controles sanitarios.
Estimativos de Fedegán señalan que el negocio de la carne ilegal mueve 300.000 millones de pesos al año y que solo por Norte de Santander ingresan al mes 10.000 reses venezolanas.
Al respecto, el exdirector de la Dian Juan Ricardo Ortega calcula que el 90 por ciento de la carne que se comercializa en Cúcuta es ilegal y que el cartel que la mueve se queda con una jugosa tajada del mercado colombiano, tasado en 14 billones de pesos al año.
Arauca es el segundo departamento más afectado por el contrabando. Allí, según un investigador, hay evidencia de que entran más de 20.000 reses al año.
Uno de los grandes golpes a estas mafias se registró hace 4 meses en Puerto Carreño, Vichada. La Polfa capturó en esa zona a Jaime Antonio Pedraos, alias Mil Amores, señalado de contrabandear 5.000 millones de pesos en reses y productos agrícolas a través de la empresa Ferticampo S.A.S.
Meses antes, en esa misma zona, ocuparon una finca de 16.000 hectáreas donde atraparon 698 cabezas de ganado venezolano. Ese predio ya se encuentra en proceso de extinción de dominio por contrabando.
Mafia y guerrilla
Para mover las reses venezolanas, algunas bandas echan mano de alianzas con milicianos del Eln que reciben a las autoridades a bala. Uno de estos episodios se registró en diciembre del 2014 en el retén de Hato Corozal, en Casanare. Mientras cuatro policías y un funcionario del ICA requisaban un carro, dos motos les dispararon a mansalva: al ataque solo sobrevivió uno de los agentes.
“Por acompañar la mercancía, el Eln cobra el 50 por ciento del valor del cargamento. Siempre va primero una moto o un carro para avisar que hay un retén. Pero si les toca reventarse, se revientan. Coronan sea como sea”, aseguró un ganadero de la zona.
Y agregó que hay dirigentes políticos locales y hasta gremiales involucrados en el negocio.
Uno de ellos fue capturado en abril del 2015 en Norte de Santander, en un operativo contra una red que movió 70.000 millones de pesos y entró más de 4.000 animales a Colombia. Según la Fiscalía, la red era liderada por Andrés Portilla, entonces presidente del Comité de Ganaderos de ese departamento.
La investigación también incluyó a funcionarios de Friogán, del Invima y del ICA.
Y aunque este instituto trabaja de la mano con la Polfa para combatir estas mafias, le están falsificando y duplicando las guías de movilización de animales que expiden a grandes ganaderos, creando así cupos ficticios para mover las reses venezolanas.
“Hace cuatro años, el ICA asumió la expedición de esas guías. Cambió el sistema en línea que tenía Fedegán y ahora las expiden manualmente. Por eso logran hacer los cambiazos de documentos con complicidad de autoridades. Además del retroceso, se habilitan escenarios claros de corrupción y se facilita el abigeato”, explica José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán.
Al respecto, el ICA precisó que la gran mayoría de las guías se tramitan electrónicamente y que las planillas manuales se emiten solo cuando hay líos con el sistema o con el flujo eléctrico. Además, aseguran que Fedegán está molesto porque con el nuevo sistema le dejaron de entrar cerca de 2.750 millones de pesos.
Pero admiten que han denunciado robos de papelería y que tienen 18 investigaciones internas por irregularidades. Entre ellas, por el cobro de 100.000 pesos por cada camión con reses venezolanas que se deja pasar, por abandonar los retenes de control en las noches y por permitir la manipulación de los libros de control a terceros.