Miami Beach podría pronto quedarse sin su atracción más famosa: las largas playas de arena blanca, reseña Infobae.
Según una reciente nota de The Verge -titulada “Sand’s End” (“El fin de la arena”)- no quedan dudas: la arena de las playas de Miami Beach se está acabando y encontrar otra es muy caro y complicado.
El problema principal, explica la nota, es que toda la arena de la playa de la ciudad de Florida es artificial.
Durante años el océano fue erosionando la costa, y la ciudad gastó millones de dólares para bombear la arena desde el fondo del mar para reemplazar la que desaparecía: pero al poco tiempo, el océano se la volvía a “comer”.
Ahora, a causa del cambio climatico, ese problema se amplificó: el nivel del agua sube de 2,5 centímetros por año -a un ritmo en aumento- y la arena está desapareciendo cada vez más rápidamente.
Los efectos ya son visibles hoy en día: en frente al Hotel Fontainebleau -uno de los más famosos de la ciudad- ya casi no hay más arena y el mar está a pocos metros de alcanzar la avenida que bordea la costa.
Afortunadamente, alguien se está ocupando del problema: el US Army Corps of Engineers (USACE), la sección del Ejército de Estados Unidos que brinda servicios de ingeniería y diseño de proyectos.
Se trata de un trabajo difícil, que los técnicos definen como “nutrición”: se vuelve a alimentar con la extracción de arena, generalmente desde el fondo del océano, para volver a reemplazar la que se fue.
Pero “una vez que se empieza con la ‘nutrición’ no se puede acabar”, escribió The Verge. Comienza un ciclo prácticamente infinito de sustitución de arena. La práctica mantiene la playa, aunque también es la implícita admisión de que nunca va a haber una solución definitiva al problema.