En Venezuela se requieren 19 salarios mínimos para poder adquirir la canasta alimentaria para una familia de cinco miembros, y es que el precio de la misma para el mes de octubre de 2016, se ubicó en 429.626,08 bolívares, aumentando Bolívares 24.173,60 con respecto al mes de septiembre y 514,9% entre octubre de 2015 y octubre de 2016. No obstante, todos estos incrementos y la inflación, repercuten directamente en la alimentación del pueblo venezolano, por cada día son más venezolanos que entran al estatus de pobreza extrema y de desnutridos, porque simple y llanamente ya no se les garantiza ni siquiera una comida al día.
Lo que era considerado tiempo atrás como comidas ordinarias y propias de los sectores más populares, hoy se convirtieron en grandes manjares inaccesibles para la gran mayoría. Arroz con caraotas negras y tajadas fritas, huevos fritos con arepa y mantequilla, sopa de costilla y hueso rojo, espagueti con sardinas y así muchos de estos menú con lo que resolvía la gran mayoría, hoy no pueden comerlo porque debido a la escasez y a los altos precios de los mismos, no alcanza.
Cada día los precios se disparan de una manera exorbitante y los alimentos importados que ha traído el gobierno, sólo un 20% de la población tiene acceso a los mismos, porque los precios son muy parecidos a los de los bachaqueros, entonces, ahora mucha gente se encuentra en esta disyuntiva, si comprar a precios dolarizados o simplemente morir de hambre, porque es muy falso que las bolsas de los CLAP, ayudan al pueblo a mitigar el hambre y la agonía de los estómagos vacíos, porque 1 kilo de arroz, 1 kilo de harina, ½ kilo de pasta, 1 litro de aceite y papel toalet en el mejor de los casos, se va en una semana en una familia de cinco miembros, y los bárbaros y desalmados del gobierno pretenden que les alcance para un mes.
Por ejemplo, el aceite aumentó en un 50,7%, los cereales y productos derivados 28,9%, la mayonesa en 16%, el café en 7,4%, la leche, queso y huevos en un 25%, la carne, el cochino y el pollo, todos los días sufren variaciones en su precio y ni hablar del pescado. Los embutidos como salchichas y mortadela que eran una gran paliativo para las amas de casa, hoy día son considerados artículos de lujo que no se pueden consumir, y así productos como la mantequilla, el atún enlatado, las sardinas enlatadas y los granos, tampoco se escapan de esta realidad, y aunque los vemos en los anaqueles, la gente los deja allí de adornos porque no pueden comprarlos, porque adquirir un producto de estos significa comprometer el 50% del ingreso mensual con un salario mínimo.
Lamentablemente para el país, Maduro está propiciando una generación de gente desnutrida y con un bajo coeficiente intelectual, por la falta de nutrientes que van ligados a peso, estatura e intelecto, y de seguir así cada día será más gente adulta atrofiada por la falta de comida, porque en el 70% de los hogares, hoy hay que sortearse qué comida del día hacer porque para los tres golpes no alcanza, y hoy un 15% de la población se alimenta de la basura, y en contraparte a esta realidad, tenemos un gobierno mitómano que desmiente esto y que infla cifras de récord alimentarios para hacer ver que somos un país modelo en cuanto al tema alimentario.
Andrés Eloy Camejo
Diputado a la Asamblea Nacional
Acción Democrática
@AndresECE