La comisaria de Comercio de la Unión Europea (UE), Cecilia Malmström, consideró hoy que el fallecido líder cubano Fidel Castro era un “dictador” y se mostró sorprendida por los “homenajes” que se le dedican. EFE.
“Fidel Castro fue un dictador que oprimió a su pueblo durante 50 años. Me extraña escuchar todos los homenajes en las noticias hoy”, declaró la comisaria sueca a través de su cuenta de Twitter.
Malmström se desmarca así del comunicado emitido por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien afirmó que con el fallecimiento del Fidel Castro el mundo perdía a “un hombre que fue un héroe para muchos”.
“Fidel Castro fue una de las figuras históricas del pasado siglo y personificó la Revolución cubana”, según Juncker, quien agregó que será “juzgado por la historia”.
En declaraciones por separado, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, aseguraron que Europa respaldan al pueblo cubano.
“Fidel Castro marcó Cuba, Latinoamérica y la política global. Se cierra un capitulo de historia”, señaló Schulz en Twitter.
Mogherini dijo en un comunicado que Fidel Castro era “un hombre decidido y también era una figura histórica” que “falleció en un momento de grandes desafíos e incertidumbres, así como de grandes cambios en su país”.
A diferencia de Juncker, Schulz y Mogherini, la presidenta del grupo de la Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo (PE), Gabi Zimmer, fue más allá e hizo alusión a la situación de los derechos humanos en Cuba, a la vez que alabó que Fidel Castro inspirara “los ideales del socialismo a millones de personas”.
“Esperamos seguir trabajando con el pueblo y el Gobierno cubanos para poner fin definitivamente al embargo estadounidense y apoyar pasos hacia reformas democráticas”, recalcó Zimmer en un comunicado.
La UE y Cuba tienen como fecha tentativa para firmar su primer acuerdo bilateral, sobre diálogo político y cooperación, el próximo 12 de diciembre en Bruselas.
Está previsto que ese pacto sustituya a la actual y unilateral “posición común” sobre la que la UE basa sus relaciones con la isla desde 1996 y que condiciona el acercamiento a mejoras en los derechos humanos en el país caribeño.