Una operación policial encabezada por Interpol ha desmantelado 34 redes dedicadas a la fabricación y comercialización de falsificaciones en ocho países suramericanos, informó hoy la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
EFE
Entre los tres millones de artículos decomisados, valorados en 93 millones de dólares (87 millones de euros), había alimentos, teléfonos móviles, juguetes, alcohol y componentes electrónicos, además de drogas, armas y munición, indicó Interpol en un comunicado.
Agentes de policía y aduanas llevaron a cabo más de 650 intervenciones en el marco de la operación Júpiter de 2016, que se saldó con la detención o investigación de unas 240 personas tras dos semanas de intervención (del 1 al 15 de octubre).
La policía argentina interceptó dos contenedores que supuestamente transportaban una donación de equipos y suministros hospitalarios, pero que también contenían material informático importado ilegalmente, valorado en un millón de dólares.
Al comprobar el material hospitalario, indicó Interpol, se descubrió que los productos estaban caducados o en mal estado, o contenían desechos clínicos que presentaban un “alto riesgo de infección”.
La policía brasileña decomisó más de 10.000 baterías de automóvil usadas e importadas ilegalmente, muchas de las cuales habían sido almacenadas de manera inadecuada y tenían fugas de ácido sulfúrico y plomo.
“Ambas sustancias cancerígenas se vertían al suelo, con el consiguiente riesgo de contaminación de la red de suministro local de agua”, explicó la organización.
En Chile, la policía desmanteló un taller emisor no autorizado de canales de televisión de pago, y otro dedicado a la copia ilegal de música.
En Colombia se destaparon cinco grupos delictivos involucrados en la producción y el contrabando de combustible, ropa, bebidas alcohólicas y alimentos.
La policía de Paraguay halló y clausuró una fábrica ilegal de tabaco, mientras que las fuerzas de seguridad de Perú desarticularon 25 talleres dedicados a la producción ilícita de ropa, refrescos o alcohol, así como etiquetas comerciales y marcas falsificadas.
La información intercambiada en el transcurso de la operación, en la que también participaron Uruguay y Ecuador, está siendo comparada con las bases de datos de Interpol para determinar posibles conexiones con otras redes delictivas, indicó la organización.
La operación estuvo precedida de un curso de formación en la sede de Interpol en Buenos Aires, a la que acudieron 40 participantes de nueve países y empresas colaboradoras del sector privado que pusieron en común información y técnicas de investigación para la lucha contra la falsificación y el comercio ilícito.