Cuando han pasado cuatro años del fallecimiento de Chávez, el ambiente festivo que se respiraba en los alrededores de la plaza Bolívar de la capital para apoyar el proyecto socialista, dejó de ser el mismo, reseña 2001.
Analistas políticos aseguran que es producto de la profunda crisis económica del país, de la que no escapa ningún venezolano.
Manuel Malaver, experto en del área, estima que en este último año ha bajado la popularidad de estas zonas.
“Desde febrero más o menos se siente cómo ‘la esquina caliente’, por ejemplo, no es ni la sombra de lo que fue durante el auge del chavismo”, aseguró.
Descontento
Según Malaver “Chávez no tuvo tiempo de vivir la decepción de la gente” por su proyecto político, y fue Nicolás Maduro, el heredero del poder, quien se ve responsable “de la ruinas en las que está el país”.
“Pienso que muchos de los que en un tiempo se reunían en los mítines y sitios como la ‘esquina caliente’ se ven afectados por el colapso humanitario, la falta de alimentos, medicinas, la inseguridad, e incluso están haciendo cola para poder sobrevivir”, dijo.
El politólogo Nícmer Evans comenta que en estos rincones del chavismo hay un esfuerzo por mantenerlos “pero en unas circunstancias de minoría”. A su juicio, “es evidente que el poco apoyo que tiene el Gobierno de Nicolás Maduro”.
El analista político y chavista crítico, afirma que la burocratización “aleja a estos espacios de la realidad que vive el país y del gran descontento de la población venezolana, pues la gente que mantiene estos puntos de encuentros, depende muchas veces de algún aporte que generen las instituciones”.
Aseguró que estos espacios terminan siendo poco críticos ya que sólo tratan de reproducir la versión oficial de la realidad y “aíslan la posibilidad de que se mantengan como espacios de debates públicos, como lo fueron en sus inicios”.