Ya finalizando el año, más allá de errores y de distribución de culpas y responsabilidades, en una autocrítica con la que a veces se nos pasa la mano, es necesario que concertemos una agenda que nos permita cumplir los objetivos que, por el bien del país, nos hemos trazado. Atender el drama social que vive nuestra gente y buscar el cambio de gobierno, siguen siendo nuestras prioridades. En la construcción de esa agenda, comienzo por descartar soluciones violentas. Con todo respeto por la diversidad de opiniones, algunos, sin hacer propuestas concretas, insisten en afirmar que no podemos sacar por vías democráticas a un gobierno que no lo es. Al contrario, considero que el reto sigue siendo derrotar democrática, constitucional y electoralmente a un gobierno que ha pisoteado la democracia y la Constitución. Es un asunto tan difícil como todo lo que hemos vivido durante este año que termina, pero no entenderlo de esa manera puede originar un espiral de violencia que haría inviable cualquier gobierno que se conforme.
Nuestra agenda se basa en los siguientes puntos: 1. Urgente revisión de la Mesa de la Unidad Democrática. Es necesario que se hagan los ajustes internos, la renovación de cuadros, la ampliación de espacios para la consulta, la definición de objetivos claros y la consolidación de un núcleo con autoridad para la toma de decisiones. Todo esto es necesarísimo para fortalecer nuestro movimiento. La Unidad sigue siendo indispensable. 2. Atención y acompañamiento al pueblo en la crisis que todos, en mayor o menor medida, padecemos. 3. Exigencia de procesos electorales que permitan renovar los cuadros gubernamentales, especialmente la presidencia de la república, gobernaciones y alcaldías.
Los escenarios de lucha deben ser los mismos que nunca debimos suspender: la lucha de calle, constante, activa y contundente; los organismos internacionales, que tienen elementos muy claros para manifestarse con respecto a la crisis venezolana; la Asamblea Nacional, espacio que intenta ser anulado por el abuso de poder del señor Maduro; y el diálogo en caso de que el gobierno decida cumplir los compromisos que no ha honrado.
Nuestra tarea este año es ejercer la presión necesaria para que Venezuela salga de esta situación. Nuestro cometido es producir presencia ciudadana y masiva en la calle, que nos permita lograr una decisión de las instituciones para que se de este mismo año una solución electoral a esta crisis. El régimen de Maduro sigue generando caos. Nosotros debemos generar acciones que lo acorralen, interna y externamente, hasta que podamos contar uno a uno a los venezolanos, quienes somos los dueños de nuestro futuro.