Da la impresión, que la oposición de la Asamblea Nacional le entrega las “armas” con que va a luchar al gobierno. Situación, que de manera inevitable, advierte y dispara la ofensiva del régimen. Y pensar, que todavía se precipita a antelar imprudentemente sus tácticas y estrategias políticas, tal como lo hiciera, quizá producto de la embriagues que produce el triunfo parlamentario del 6-D de 2015. La oposición, como pésimo boxeador,indica,con predicción y todo, donde va a golpear. Hizo, que el gobierno, que en el 2016,estaba moribundo y con las peores piezas sobre el tablero, se las jugara todas, hasta lograr recuperarse. Aquí queda algo para agregar a la Historia de la Estupidez Humana de Paúl Tabori. Pero el gobierno, entre su acostumbrada arbitrariedad e ilegalidad, abrió la Caja de Pandora, sacó sus miserias y las usó, en connivencia con TSJ. Ahora, deberíamos agregar mucho del actual gobierno a la Historia de la Infamia del escritor Jorge Luis Borges. Esto,por los excesos, arbitrariedades y actos violatorios cometidos por Nicolás Maduro, en contra de la Constitución. Bajo estas tropelías, la indefinida nacionalidad de Maduro y la ilegítima conformación del TSJ, difama y declara en desacato contra el poder originario de la Asamblea Nacional. Evidentemente, mediante estas arbitrariedades e imposturas, Maduro, gana el infierno. Así lograsobrevivir, por ahora, en las arenas movedizas de su propia agonía.Esto nos lleva a recordar a Manuel Ladera, aquel personaje de la novela Canaima de Rómulo Gallegos, publicada en 1935, que jocosamente dice: “Ahí tiene la historia de Venezuela: un toro bravo, tapaojeado y nariceado, conducido al matadero por un burrito bellaco.”
Este pantano neblinoso de la ilegalidad empuja a la población, cansada de ser expectante de la ridiculez y de escándalos políticos, hacia acciones impensables. Pues, junto a la mega crisis quela avergüenza, le revienta su paciencia y la incita a desplazarse hacia soluciones determinantes para escapar de políticos sin fundamentos. Este escenario, ya se activa y comienza a rebasar, peligrosamente, contra los desencuentros de líderes oficialistas y opositores. Si los árbitros se parcializan o se venden, si los equipos no rinden y caen en vicios y no se escucha a la fanaticada, esta se sale del cauce.Y todo, porque la revolución llega a ser, potencialmente peor, que los gobiernos que la antecedieron. En fin, el pueblo no se cala a una oposición poco asertiva, ni resiste más a un gobierno arbitrario, inflacionario, hambreador y represivo, que a toda prueba, esconde su fracaso político, económico y social, detrás de la mentira y la demagogia.La evidencia está revelada en los estómagos vacíos de la familia venezolana. ¡Nadie podrá contener su contundente reclamo!
Por ello, urge empezar con cambios concluyentes en todos los Poderes Públicos. Crear una inteligente reingeniería política que sea capaz de propiciar sólidas instituciones públicas y privadas que activen los sectores y factores de producción hacia iniciativas positivas y reales a favor de una economía que incida, de manera óptima, en defensa de la población. Sí, que cotidianamente, convierta la actividad política y social, en encuentro permanente, en diálogo que abra mejores caminos hacia la democracia, la justicia y la tolerancia. Que se sienta, que la tolerancia a la otredad – para parafrasear a Michael Walzer – también tenga capacidad consciente para defenderla. De la fortaleza y entereza de las diversas generaciones políticas del país, dependerá la eficiencia, la eficacia y capacidad operativa. El objetivo es: no permitir excesos gubernamentales, lograr imparcialidad contralora y fiscalizadora para disminuir, en lo máximo, la arbitrariedad, la usurpación y la locura destructora, mediante una real y sincera política, también imparcial.
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