Al inicio de cada año, las personas se envuelven de expectativas y elaboran planes y proyectos, confiados en Dios y en el esfuerzo individual o grupal. “En general, se hace una retrospectiva y miramos hacia adelante, con la esperanza de ser mejores cada día, pero particularmente este 2017 arranca con incertidumbre, lo cual dificulta que las cosas se concreticen”, aseveró el presbítero Darío Salazar, vicario general de la Diócesis de Margarita y párroco de San Juan Bautista, municipio Díaz, reseña El Sol de Margarita.
Darío Salazar indicó que junto con las iniciativas personales para ascender o ser exitosos dentro de lo laboral, la inquietud del venezolano es cómo llevar el alimento a las casas, porque el dinero no rinde.
“También es cierto que no hay suficiente producción en el país. La oferta de productos está limitada significativamente. No hay otra opción sino aceptar lo que hay, en lo que respecta a artículos regulados o con precio justo. En el comercio aparecen productos, pero con alto costo, y no todo el mundo se puede dar el ‘lujo’ de acceder a ellos”, expresó el sacerdote.
Asimismo, la baja productividad y, por ende, la escasez de bienes y servicios fundamentales incide en mayor nivel inflacionario, agrega el vicario de la Diócesis.
El padre Darío resalta la actitud de quienes, como cabeza o jefe de familia, a diario enfrentan diversas situaciones para llevar al hogar “el pan nuestro de cada día”.