Julio Castellanos: La Guasima sigue asfixiando a Tocuyito

Julio Castellanos: La Guasima sigue asfixiando a Tocuyito

 

La Constitución Nacional es clara en su artículo 127 “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica (…). Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley”.

Eso dice la Constitución, ahora bien, ¿qué justificación pueden dar quienes no han cerrado el bote de la Guasima en el Municipio Libertador del Estado Carabobo?, ¿qué fuerza sobrenatural ha impedido a Nicolás Maduro, a Francisco Ameliach y al alcalde Juan Perozo (todos militantes del PSUV) clausurar este vertedero de basura colapsado a cielo abierto? ¿Acaso no se han enterado que la población de Tocuyito, un poco más de 200 mil almas entre hombres, mujeres y niños, son asfixiados por la quema indiscriminada de basura desde hace años, qué hay muchos vecinos sufriendo enfermedades respiratorias y qué, además, producto de la percolación de lixiviados, los reservorios de agua están siendo contaminados con plomo?.

Estuve hace cuatro años en el despacho del Alcalde Juan Perozo, donde las fuerzas vivas del municipio solicitaron al ese entonces recién electo mandatario sensibilizarse ante este drama ambiental, fui testigo de estas palabras “durante mi mandato se cerrara el vertedero”. Es momento de pedir cuentas. Los votantes que confiaron en sus palabras solo han visto conciertos en la Plaza de la Pocaterra, obras de maquillaje urbano, mucha publicidad en prensa, radio e Instagram, pero no hemos visto luz en medio de tanto humo e insalubridad.

El gobernador Ameliach, quien por miedo y desprecio de la ley no ha sido sometido a la elección correspondiente, ha recibido fondos públicos para el cierre de La Guasima y la apertura de un nuevo y adecuado sistema de disposición final de desechos, sin embargo, la respuesta a Tocuyito es el silencio. ¿Acaso no han escuchado que quien calla otorga?, pues, gobernador, usted le ha otorgado al pueblo el derecho de denunciar su manejo doloso del dinero público.

Tal parece que así como Nicolás Maduro abandonó la Constitución, su gobernador y su alcalde le siguieron el mal ejemplo. Esta semana el humo penetró los hogares de todos los vecinos de Tocuyito, no hubo tranquilidad para nadie, ni para el humilde obrero, ni para el profesional, ni para el que vive en una invasión, ni para quien vive en un apartamento. No se queje la cúpula del PSUV si la gente mañana no les deja tranquilos a punta de cacerolas, protestas y reclamos. Esa es la moneda con la que se le paga al gobernante incumplido.

Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica

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