A dos años, la muerte aún sin esclarecer del fiscal Alberto Nisman es epicentro de una enmarañada causa judicial, marcada por las oscilaciones de la política argentina, mientras sigue sin resolver el atentado al centro judío AMIA en 1994, que él investigaba.
Nisman fue hallado muerto en el baño de su apartamento con un tiro en la cabeza, el 18 de enero de 2015, y la justicia todavía no puede determinar si se suicidó o fue asesinado, como supone su familia.
Junto a su cuerpo estaba una pistola Barsa 22, de donde salió la bala, y que el fiscal había pedido prestada a un colaborador de su fiscalía, el asesor informático Diego Lagomarsino, el único procesado.
Al día siguiente, Nisman, quien investigó por más de una década el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que causó 85 muertos en 1994, debía explicar en el Congreso su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Kirchner (2007-2015), a quien acusó de intentar encubrir a iraníes acusados del atentado a cambio de acuerdos comerciales.
Según Kirchner, el acuerdo con Irán -luego declarado inconstitucional- estaba destinado a que un juez argentino pudiera indagar en Teherán a los acusados, entre ellos el recientemente fallecido expresidente Alí Rafsanjani.
La muerte del fiscal se coló en 2015 en la campaña electoral que llevó a la presidencia a Mauricio Macri (centroderecha).
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) convocó a un acto en homenaje a Nisman que se llevó a cabo en Plaza de Mayo, aunque con menos concurrencia de la esperada, unas 3.000 personas.
“La muerte de Nisman está íntimamente vinculada con su accionar en la causa AMIA”, aseguró a la AFP el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban.
“La justicia argentina fue muy clara: el responsable del peor atentado de nuestro país es la República Islámica de Irán”, agregó.
Nisman tendrá además un monumento en la ciudad israelí de Naharía, levantado por la Organización de Latinoamericanos en Israel.
La denuncia, hoy
La denuncia de Nisman contra Cristina Kirchner fue reabierta el pasado 29 de diciembre por la Cámara Federal de Casación Penal argentina, a instancias de la DAIA, luego de haber sido desestimada en cuatro instancias judiciales por “inexistencia de delito”.
La expareja y madre de las dos hijas de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, atribuyó la muerte del fiscal a su papel en la investigación del atentado a la AMIA.
Arroyo Salgado acusa al gobierno de Kirchner de “tratar de obstruir la tarea” de Nisman, y dijo no tener dudas de que se trató de “un homicidio vinculado a los servicios de inteligencia”.
La pista de la mano espía conduce al influyente exjefe de los servicios de inteligencia Antonio ‘Jaime’ Stiuso, despedido por Kirchner en 2014 tras 40 años en el cargo y hombre de confianza del fiscal.
Stiuso proveyó información clave para la acusación que Nisman formuló en 2006 contra los exgobernantes iraníes por el atentado a la AMIA, una causa sin detenidos 22 años después.
Después de idas y vueltas y pasar de la justicia ordinaria a la federal, hasta ahora el único imputado por la muerte de Nisman es Lagomarsino por prestarle el arma al fiscal. “No tengo dudas de su participación”, declaró Arroyo Salgado.
El juicio del que nadie habla
Mientras tanto, un juicio por encubrimiento y el desvío de la investigación del atentado a la AMIA, cuya sentencia se espera para el segundo semestre de este año, tiene en el banquillo al expresidente Carlos Menem (1989-1999).
Junto a Menem, son juzgados un exjuez federal, un exjefe de inteligencia, dos exfiscales, y un excomisario, varios exagentes de inteligencia y hasta un expresidente de la DAIA.
Durante la primera investigación que llevó el caso a un juicio luego anulado en 2004, el exjuez Juan José Galeano le pagó 400.000 dólares a Carlos Telleldín, acusado de proporcionar la camioneta que repleta de explosivos hizo volar la AMIA para que involucre a un grupo de policías y los acuse de proveer el apoyo logístico para el atentado.
“A algunos les llama la atención que a dos años de la muerte de Nisman no se sepa nada. Pero a 22 años y medio del atentado de la AMIA tampoco se sabe nada. 22 años y en 10 de ellos el fiscal fue Nisman”, dijo a la AFP Adriana Reinsfeld, presidenta de “Memoria Activa”, una agrupación de familiares de víctimas que sigue reclamando justicia.
La agrupación había pedido al gobierno de Kirchner el apartamiento de Nisman “porque la causa AMIA no avanzaba”, recordó Reinsfeld.
La mujer que perdió a su hermana Noemí, de 36 años, en el atentado, consideró “una agresión a los familiares y a nuestros muertos” que dirigentes judíos hayan calificado a Nisman como la víctima 86.