Este régimen que habla de diálogo y de Constitución, insiste en violentar descaradamente su discurso y la norma suprema con hechos que reflejan una falta de respeto a la decencia. Este es un régimen amoral, inescrupuloso, bárbaro y primitivo. Quienes lo dirigen sólo quieren mantener el poder sin importar el costo que el pueblo tenga que pagar por una gestión ineficiente, corrompida y anti democrática. En su patología del poder consideran que perseguir a inocentes, sembrarles armas y explosivos de manera descarada, puede ser una acción que desprestigie a sus opositores y genere además el amedrentamiento para suspender una lucha que es legítima y democrática.
El número de presos políticos se acerca en este momento a los 130. Otro importante grupo de perseguidos han tenido que cruzar nuestra frontera y algunos se esconden en nuestro territorio, acechados por una policía política bastante torpe y básica. Además de los casos emblemáticos que han sido desplegados en todos los medios de comunicación, hay dos casos que deben ser abordados con urgencia: el de los policías metropolitanos que han cumplido su condena y que no le da la gana al gobierno ponerlos en libertad y el caso de los estudiantes, muchos de los cuales han sido sometidos a tratos crueles e inhumanos.
A dirigentes de nuestro partido Primero Justicia en el Zulia, los han sometido a detenciones inconstitucionales y luego han tenido que ponerlos en libertad. Tengo una lista de ocho casos de dirigentes que han sido presentados a los tribunales por la comisión de delitos ficticios y algunos se mantienen con medidas procesales y juicios abiertos. No menciono sus nombres para evitar nuevas represalias en su contra.
En los últimos días y con la asunción del señor Tarek El Aisami como Vicepresidente de la República y jefe de un comando denominado “anti golpe”, han recrudecido las persecuciones en todo el país. Se ha violado la inmunidad parlamentaria con la detención del diputado Gilber Caro y concejales de Bolívar y Zulia han sido sometidos a seguimientos y detenciones. Todos son casos repudiables. Hoy quiero tocar dos que me llegan muy de cerca. A ambos dirigentes los conozco desde que tomaron la decisión de involucrarse en la política.
Jorge Luis González es concejal principal de Primero Justicia en Maracaibo y miembro de la dirección regional de nuestro partido. Es arquitecto de profesión, con especialidad en urbanismo. Es coordinador general de la Fundación Maracaibo Posible y ha sido un dirigente político y social entregado a su trabajo y a su vocación. Lo detuvieron en el vehículo de su madre y le sembraron una granada, municiones, “miguelitos” y no sé qué otras ridiculeces. Le imputan tres delitos, uno de los cuales, tráfico de municiones, tiene una pena que va de 20 a 25 años de presidio. Hoy se encuentra privado de libertad y, a partir de esa medida judicial presionada desde Caracas, debe esperar al menos 45 días recluido en la sede del Sebin en Maracaibo.
Romer Rubio es abogado Summa Cum Laude de la Universidad del Zulia, donde también se desempeña como docente. Es concejal suplente de Maracaibo y Coordinador municipal de Primero Justicia. Tiene una clara vocación política y se ha convertido en un referente de nuestro partido en la ciudad. Su nombre fue anunciado por el ministro Reverol como cómplice de Jorge Luis en un supuesto intento de saboteo de una actividad del partido Un Nuevo Tiempo en Maracaibo. Eso ha hecho que Romer en este momento esté desaparecido, sin que su familia o nosotros tengamos certeza de su paradero.
Ambos son mis amigos, mis hermanos. Ninguno ha cometido delito alguno. Eso lo sabemos todos y lo sabe también la policia politica. Desde el primer momento hemos luchado por la liberación de Jorge y por el cese a la persecución de Romer. Seguimos también en esta lucha por Venezuela. ¡No nos van a doblegar!
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