El internet es una fuente inmensa de información que te permite tener a la mano, en cuestión de segundos, cientos de datos. El problema es que muy probablemente varios de estos no sean verídicos.
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Una encuesta realizada a casi 3,000 adultos en Estados Unidos demostró que la gran mayoría cree que las noticias falsas que leen en internet son ciertas.
La encuesta, realizada por Ipsos, pero comisionada por BuzzFeed, también muestra que las personas que consideran a Facebook una fuente importante de noticias, son más propensas a creer que son reales los titulares falsos.
Facebook recientemente estuvo bajo el escrutinio público por permitir que noticias falsas se publiquen en la plataforma. Por esta razón, la red social ahora supuestamente pregunta a los usuarios que califiquen la calidad de la noticia.
De acuerdo con The Verge, Facebook también utiliza distintos algoritmos para detectar y reducir titulares que intencionalmente evitan información relevante o confunden a la gente simplemente para que le den click a la nota. En otras palabras, el ya famoso clickbait.
Pero el exceso de información que se comparte en internet hace a la gente más vulnerable a creer información falsa, como explica Buzzfeed en el reportaje en el que presenta los resultados de la encuesta: “Los resultados dibujan un panorama de consumidores de noticias con poca habilidad para evaluar los titulares que frecuentemente llegan a ellos sin contexto en redes sociales”.
Las recientes elecciones en Estados Unidos se prestaron para una enorme cantidad de noticias falsas. Desde la supuesta doble de la candidata demócrata Hillary Clinton, hasta el falso apoyo que el papa Francisco le dio al entonces candidato republicano Donald Trump durante la campaña.
Hasta el mismo Papa ha condenado la publicación y expansión de noticias falsas, diciendo que “es probablemente el mayor daño que los medios pueden hacer”. Y hasta comparó de manera dura a los medios alarmistas con la coprofilia –o la excitación por los excrementos– y a los consumidores de este tipo de información con la coprofagia, es decir, los que comen excremento.
Pero más allá de la ética de los medios, la difusión de noticias falsas puede representar un daño real. Hace unos meses, un hombre con un rifle entró a una pizzeria en Washington D.C., tras creer una noticia falsa que afirmaba que el restaurante para niños era cómplice de una red de pederastía que operaba la demócrata Hillary Clinton.
En respuesta a ese hecho, la excandidata advirtió que “la epidemia de noticias falsas y propaganda falsa que inunda las redes sociales puede tener consecuencias reales en el mundo”.