La activista adolescente paquistaní Malala Yousafzai se declaró este viernes “con el corazón destrozado” por la decisión de Donald Trump de cerrar las puertas de Estados Unidos a inmigrantes y refugiados, y le rogó que ayude a los más indefensos del planeta.
“Estoy con el corazón destrozado porque hoy el presidente Trump está cerrando la puerta a niños, madres y padres que huyen de la violencia y la guerra”, dijo la adolescente de 19 años, que recibió disparos de los talibanes en la cabeza en 2012 tras defender la educación de las niñas en su país.
“En este tiempo de incertidumbre y conflictos alrededor del mundo, le pido al presidente Trump que no le dé la espalda a las familias y a los niños más indefensos del planeta”, dijo Malala en un comunicado difundido en Nueva York instantes después de la firma del decreto.
Malala es la ganadora más joven del premio Nobel de la Paz, que compartió en 2014 con la india Kailash Satyarthi, otra activista por la educación. Actualmente vive en Birmingham, Inglaterra, tras una recuperación increíble, y viaja por el mundo haciendo campaña por la educación de las niñas y jóvenes.
Trump firmó el viernes un decreto titulado “Proteger la nación de la entrada del terrorismo extranjero a Estados Unidos”.
Su contenido aún se desconoce pero, según un borrador del texto filtrado a los medios esta semana, el decreto suspende todo el programa de refugiados del país por al menos 120 días, mientras establece nuevas reglas a la concesión de visados.
También prohíbe específicamente la entrada de sirios a Estados Unidos de manera indefinida, o hasta que el presidente decida que ya no son una amenaza.
Entre tanto, no se concederán visas por 30 días a viajeros o a inmigrantes que provengan de siete países mayoritariamente musulmanes: Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
La adolescente dijo estar especialmente perturbada por los niños refugiados sirios, que sufrieron seis años de guerra y que ahora son discriminados.
Malala también recordó en el comunicado a su amiga Zaynab, que huyó de guerras en Somalia, Yemen y Egipto antes de cumplir los 17 y hace dos años recibió una visa de refugiada de Estados Unidos.
Hoy Zaynab estudia para convertirse en una abogada de derechos humanos. Pero en Egipto quedó su pequeña hermana, y hoy su esperanza de reunirse con ella disminuye, lamentó Malala.
AFP