Ya no hay palabras que brinden esperanza a los universitarios para que la seguridad sea palpable, reconocible y real dentro de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG). Hace diez días hubo protesta por robo. Hace diez días las autoridades prometieron (otra vez) ardua vigilancia. Pero este lunes, entre golpes, amenazas y groserías, robaron una unidad de transporte completa, reseña Correo del Caroní.
“Me siento horrible. Es chimbo ver cómo golpean a tus compañeros y cómo los amenazan de muerte”, lamenta Rixi Piñango, estudiante del tercer semestre de Ingeniería Informática. La angustia y el miedo le quiebran la voz. Pero quiere hablar porque, como lo denuncia, “esto es lo mismo de siempre”.
La noche del lunes se llenó de los gritos y lágrimas de uneguistas. Como de costumbre, podría decirse, porque la visita del hampa ya parece tan común como ver clases dentro de las instalaciones.
En esta ocasión fueron cuatro sujetos armados. Piñango se percató de la presencia de los desconocidos que se montaron en la unidad 6P de Puerto Ordaz, cuando los buses esperaban en la sede de la avenida Atlántico.
Tenían al menos 20 años de edad y cargaban bolsos, como si se tratase de estudiantes. Por eso nadie se molestó es prestarles atención. Incluso testigos alegan que dos iban echando broma en la parte trasera del bus.
Cuando los buses arrancaron desde Villa Asia para cumplir la ruta a las 7:20 de la noche, inició el ataque. Uno de los intrusos se sentó al lado del conductor para imponer la ruta mientras le apuntaba con el arma. Los otros avivaron el miedo y el caos dentro de la unidad.
“Podía incluso oírse cómo algunas personas le decían a los criminales cosas como tranquilo, te estoy dando el bolso y no tengo nada, todo ya te lo di”, así lo alerta una de las víctimas: un estudiante de Educación en Lengua y Literatura que por miedo no revela su nombre.
Amenazas y golpes
Piñango entró en pánico cuando escuchó la frase. La misma que había oído hace un año cuando la atracaron para robarle su celular mientras esperaba el mismo autobús, en la misma ruta, fuera de su casa un mediodía: “Esto es un quieto, denme todo”.
Asimismo decenas de estudiantes fueron víctimas del atraco masivo mientras la unidad iba en movimiento. A la joven le arrebataron su celular y su cartera con documentos personales. Y su novio, quien iba a su lado, también fue despojado de sus pertenencias.
“Podía incluso oírse cómo algunas personas le decían a los criminales cosas como tranquilo, te estoy dando el bolso y no tengo nada, todo ya te lo di”, así lo alerta, en su angustia, otra de las víctimas: un estudiante del sexto semestre de Educación en Lengua y Literatura, que por miedo no revela su nombre.
Dentro del 6P, que iba abarrotado, cada uno de los ladrones portaba armas largas, como lo denuncian los estudiantes. Los que se rehusaron a entregar sus pertenencias terminaron golpeados en la cara, mientras que las mujeres fueron insultadas y amenazadas.
“Uno de ellos hasta dijo: es más, vámonos para el monte para revisarlos bien”, explica Piñango. A una de sus amigas le intentaron quitar los zapatos. Otro amigo quiso ocultar el celular pero los desconocidos se percataron de lo que planeaba, así que lo golpearon en la cara.
Toda la angustia duró más de 20 minutos desde que partieron de Villa Asia, hasta que los delincuentes obligaron a detener el vehículo frente a la urbanización Las Garzas, donde se bajaron y huyeron.
“Entre ofensas y amenazas de disparar, los malhechores golpearon con brutalidad a varios de mis compañeros y amigos; amenazaban con que si veían bolsos escondidos o celulares iban a llevar plomo”, se lamentó, por su lado el estudiante de Educación.
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