A pesar de los anuncios oficiales de que se observan mejoras para los venezolanos, las cifras analizadas nos indican lo contrario, lo hacemos al evaluar las condiciones socio-económicas en la que vivimos, para lo cual hemos tomado como base el estimado de que somos unas 7 millones de familias que conforman la población de Venezuela, para un total de unos 35 millones de habitantes.
La crisis social se hace evidente en el aumento de los niveles de pobreza los cuales se han más que duplicado en los últimos dos años, sobretodo la denominada pobreza crítica que son aquellas familias con ingresos familiares menores a dos salarios mínimos al mes. Causado principalmente por el aumento del costo de los productos que consumimos y ver un desmejoramiento continuo en nuestro poder adquisitivo, lo cual nos ha obligado a reducir nuestra capacidad de consumo en alimentos, medicinas, etc.
En los alimentos estamos considerando una media estimada de las necesidades mínimas de consumo al mes de unos 20 kilos por persona, esta cifra constituye el promedio de los países de la región, lo cual nos indica que deberíamos disponer de unas 700.000 mil toneladas de alimentos mensuales a ser consumidas por los venezolanos. Cantidades que evidentemente no se logran al considerar los volúmenes importados y observar como estos han venido disminuyendo, igual ha sucedido con la producción nacional y lo indican las cifras publicadas por los gremios empresariales privados los cuales son los que producen el 80% de lo que no se importa.
Analistas consideran que el consumo por habitante está por debajo de los 15 kilos al mes, siendo evidente la mayor reducción del consumo en alimentos esenciales como: carne, leche, pollo y pescado. Siendo sustituidos parte de los mismos por otros que no proveen las mismas capacidades nutricionales.
Los niveles de pobreza siguen en aumento, causado por la creciente inflación que ha reducido a un tercio el valor real del ingreso familiar en los últimos dos años.
Voceros oficiales insisten en que ha comenzado la recuperación económica y las mejoras sociales son evidentes, ubicándonos dentro de los países del continente con mejores niveles de calidad de vida, la triste realidad es que vivimos una de las mayores crisis sociales de nuestra historia, con una gran desmejora en nuestra calidad de vida, no solo causada por la pérdida de la capacidad adquisitiva que limita nuestro consumo, sino por los preocupantes niveles de desabastecimiento: en alimentos, medicinas, repuestos, materiales de construcción, etc. que nos dificultan más aun obtener las más elementales necesidades de consumo familiares.
Hoy somos un país que a pesar de poseer grandes riquezas naturales y obtener importantes ingresos por su explotación, vivimos en graves limitaciones que afectan la forma de vida de un 90% de los venezolanos, que no poseen los ingresos para cubrir el costo de la canasta alimentaria.
Se observa que un 50% aproximadamente de las familias Venezolanas consumen apenas la mitad o menos de las cantidades de alimentos necesarios, establecidos por la Organización Mundial de la Salud, como convenientes para sostener las actividades cotidianas y mantenerse sano.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo,
la Propiedad y la Constitución.