Cualquier persona creativa sabe que la búsqueda de un trabajo significativo también implica estar a bordo de una montaña rusa emocional. En un momento estás en la cima del mundo, y luego, un correo electrónico decepcionante o un comentario crítico acerca de tu trabajo te sume en la desesperación.
Quienes están orgullosos de orientar su trabajo de acuerdo con objetivos pueden envolverse emocionalmente con el éxito de tal forma que los resultados condicionan su felicidad. Empiezan a identificarse con el logro.
Es fácil mantenerse motivado cuando las cosas van bien en tu carrera. Pero cuando has invertido todo tu ser en la escritura, las artes o en iniciar un propio negocio, no cumplir las expectativas puede ser un gran golpe.
Desafortunadamente, no siempre podemos controlar los resultados de nuestros esfuerzos. Pero sí podemos prepararnos mejor para la posibilidad del fracaso. Podemos construir la resiliencia necesaria para seguir esforzándonos sin importar los contratiempos, críticas ni reveses. La clave es hacer un plan de contingencia emocional:
Cuando el trabajo se hace personal
La película No lo pienses dos veces (Do not Think Twice, 2016) cuenta la historia de un grupo de amigos cercanos que son miembros de una compañía de comedia de improvisación. Cuando uno de ellos logra el éxito, el resto lucha para hacer frente a sus sentimientos de insuficiencia y fracaso.
El problema que estos amigos están experimentando es que cuando estás demasiado involucrado emocionalmente en cualquier rol, como ser un comediante, los eventos adversos parecen representar una amenaza para el núcleo mismo de tu identidad. El proceso de ser afectado demasiado fácilmente o controlado por eventos negativos se llama sobre-identificación. En este estado, una persona puede romantizar el pasado, cuando las cosas eran mejores. De hecho, un miembro de la compañía de comedia, sólo quiere volver a la forma en que eran las cosas antes, cuando eran un equipo muy unido de seis. Otros pueden dejar que un fracaso los defina. Por ejemplo, otro miembro de la compañía se enoja y deprime porque toma el éxito de su amigo como una afrenta personal.
Para cada persona en la película el problema se reduce a la gestión de sus propios recursos internos. Ellos necesitan una estrategia que les permita actuar frente a la adversidad en lugar de ser afectados por ella. Una de estas estrategias se conoce por un nombre alegre: el método WOOP.
El método WOOP, creado por los profesores de psicología Gabriele Oettingen y el Dr. Peter Gollwitzer de la Universidad de Nueva York, ha sido probado científicamente para mejorar todo, desde el logro académico hasta la adicción a las drogas. La estrategia utiliza el contraste mental para ayudar a desarrollar un plan concreto para lograr un objetivo, así como la forma de recuperarse si no se hace. Así es como funciona:
Pide un deseo
Elije una meta que sea importante para ti. Debe ser desafiante pero alcanzable:
“Quiero terminar de escribir 3000 palabras para el final del mes”.
Imagina un resultado
Imagina el mejor resultado si este deseo se hace realidad:
“Me siento orgulloso de mí mismo porque estoy progresando”.
Identifica el obstáculo
Identifica el principal obstáculo interior que se interpone en el camino, como una emoción, una creencia irracional o un mal hábito. ¿Qué hay dentro de ti que te impide cumplir tu deseo?:
“Me distraigo en las redes sociales, luego me castigo porque nunca hago lo que quiero”.
Traza un plan
Ahora, crea tu contingencia. Es decir, si te enfrentas con (obstáculo), entonces vas a (tomar esta acción efectiva en respuesta):
“Si me encuentro evitando escribir, entonces desactivaré el internet”.
Pensar en los obstáculos a futuro puede ser desmoralizante; sin embargo, el método WOOP te ayuda a construir un plan de contingencia emocional. Reestructurando los obstáculos como oportunidades (y no como devastadores eventos inmanejables) se interioriza menos el fracaso y se pueden superar fácilmente las dificultades del pasado al seguir los pasos de acción que se han establecido.
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