En una pequeña iglesia evangélica de paredes amarillas solo se escucha el murmullo de las oraciones, mientras familiares y amigos pasan este viernes frente al féretro de Siona Hernández, una de las 36 adolescentes muertas en un incendio de un albergue para menores en Guatemala.
Los que conocieron a la joven de 17 años dicen sentirse impactados por la tragedia ocurrida el miércoles en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en San José Pinula (este), a 10 km de la capital, un centro que se encontraba en el ojo del huracán por un largo historial de abusos sexuales y otros maltratos.
“Estamos consternados, todavía no lo podemos creer. Lo que podemos ver es que hubo mano criminal de los que estaban cuidando esa área”, dijo a la AFP el pastor de la comunidad religiosa, José Alpirez.
Numerosos arreglos florales rodean el ataúd blanco sobre el que hay colocada una fotografía de la niña, cuyo cuerpo es velado en Ciudad Peronia, un barrio violento colindante al sur con la capital.
La menor se encontraba recluida en el albergue por orden judicial, luego de escapar de su casa y ser localizada por las autoridades.
El albergue construido con capacidad para 400 jóvenes de ambos sexos, se hallaba hacinado con unos 800 menores. El incendio se produjo en el ala de las adolescentes, lo que explica que la totalidad de las víctimas fueran mujeres.
El último balance oficial del siniestro, ocurrido el miércoles, contabiliza la muerte de 36 jóvenes entre 14 y 17 años, mientras que 17 se encuentran en dos hospitales públicos, la mayoría en condición crítica y con pocas esperanzas de sobrevivir.
“Esto no tiene que quedar impune, la ley está para cumplirse”, sentenció Alpirez.
– Pocas esperanzas para sobrevivientes –
En el lugar murieron 19 jovencitas y las demás han ido falleciendo en los centros médicos a causa de las quemaduras. Cinco de ellas fueron dadas de alta médica y están bajo el resguardo de las autoridades.
Del total de heridas, 12 permanecen en cuidados intensivos por la gravedad de las heridas y con pocas probabilidades de sobrevivir, afirmó el director del hospital San Juan Dios, Antonio Villeda.
El galeno aseguró que las probabilidades de vida son de un 20% porque están quemadas en casi todo el cuerpo y tienen daños en las vías respiratorias.
Para conocer la situación de las sobrevivientes, el presidente Jimmy Morales visitó el Hospital Roosevelt, en el oeste de la capital, uno de los dos centros públicos donde fueron internadas las menores.
El mandatario rechazó que el hecho sea un crimen de Estado como lo han calificado activistas y airados manifestantes que se han concentrado en el centro de Ciudad Guatemala.
“¿Un crimen de Estado? Por favor, eso no es algo que se tenga que manejar. Habrá que esperar las investigaciones y le hemos pedido a las instancias que las hagan lo más pronto para poder deducir responsabilidades administrativas y penales”, afirmó Morales, aunque reconoció que la tragedia pone en un “punto crítico” a su gobierno.
– Bajo la lupa –
El jueves, el gobernante ordenó cerrar temporalmente el refugio mixto que alberga a menores de hasta 17 años, víctimas de abandono y violencia doméstica, que cometieron alguna infracción o fueron rescatados de las calles, entre otros motivos.
Pese a que destituyó al director del hogar, Morales confirmó en el puesto a Carlos Rodas, titular de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, entidad responsable del refugio, y señaló que esperarán la investigación liderada por la Fiscalía.
“Ojalá le caiga la ley a los responsables porque no es justo lo que hicieron”, añadió con los ojos llorosos Sebastián García, tío de Siona, quien no descartó emprender acciones legales.
El horroroso y brutal incendio del refugio provocó una ola de críticas al gobierno de Morales a quien culpan de negligencia, por no haber tomado medidas para evitar la tragedia.
En redes sociales se ha iniciado una campaña en que la que se acusa al mandatario de la tragedia, que muchos no dudan en catalogar como “masacre”.
La Procuraduría de los Derechos Humanos, una de las instituciones que había advertido desde hace varios años del horror en que vivían los menores, asegura que las jóvenes estaban encerradas bajo llave en un salón, cuando se propagó el fuego. AFP