ALTO
¿Y AHORA QUÉ NICOLÁS?:
El documento sobre Venezuela del Secretario General de la OEA, Luis Almagro (el entonces muy alabado por los rojos cuando era el canciller del gobierno socialista del “camarada” uruguayo Pepe Mujica y a quien casi “juramentaron” como amigo incondicional ante la tumba de Chávez pidiéndole que pusiera su mano sobre el frío mármol de Cuartel de la Montaña en 2013) no es una decisión del organismo multilateral americano. Es la posición que, en el cumplimiento de su deber, el Secretario General remite a sus miembros. Le tocará al cuerpo colegiado decidir su enfoque y contenido. Sin embargo, el paso que ha dado Almagro es de dimensiones globales y con visión histórica. A partir de ese documento es prácticamente imposible que organismo internacional alguno estudie, analice o decida algo sobre Venezuela sin que lo tome en consideración. Almagro entrega a todos los países del mundo información ordenada, vigente, veraz, oportuna, actualizada y de carácter estrictamente político sobre nuestro país, como nunca antes organismo alguno lo había hecho. Para Naciones Unidas -sobretodo en Ginebra- esta posición de Almagro es fundamental, como lo será para el sistema financiero internacional, las instancias de derechos humanos, la OPEP y los mercados de bienes y servicios. Queda claro, lamentablemente que la canciller, Delcy Eloina Rodríguez Gómez, no tiene la cultura ni el conocimiento de la diplomacia y la geopolítica como para responder y mucho menos abordar esta coyuntura (calificó el informe como “ilícito e ilegítimo”). Al igual que sus dos jefes -Hugo y Nicolás- en todos estos años que han sido de puros insultos, amenazas y mentiras como respuesta a cualquier discrepancia democrática o a una visión diferente de cualquier gobierno extranjero. Para los historiadores y analistas Almagro con su carta acaba de dejar una referencia de consulta obligatoria para el análisis de lo que han sido la verborrea y la logorrea de esta corrupta, incapaz, militarizada y fracasada propuesta liderizada por Hugo Chávez Frías y denominada por fanfarrones, vividores, enchufados y subvencionados globales como el “Socialismo del Siglo XXI”. Aquel que se ufanaba de tener la espada de Bolívar caminando por América Latina y hoy se comprueba que lo que caminaba era la corrupción de Venezuela para el mundo, inspirada y apoyada por Lula, los Kirchner y los Castro. Hoy por hoy el retroceso y la involución “roja rojita” nos tienen más cerca del siglo XIX. ¿Seguirán engañando a los pobres carnetizados para comer? ¿Verían los gordos generales las fotos de los flacos militares de bajo rango buscando comida en la basura? No se vislumbra ni rectificación ni remordimiento. Veremos más cadenas ofreciéndonos ser potencia mundial en cualquier renglón que se les ocurra…