Los robos de vehículos cada vez son mayores en Cabimas, según sus habitantes. Los integrantes de las bandas de extorsionadores, robo y hurto de carros llegan camuflados a los estacionamientos de los locales comerciales, someten a mano armada a sus víctimas para apoderarse de sus unidades o se las llevan una vez que el propietario se baja para hacer sus quehaceres, reseñó La Verdad.
La operación consiste en llevarse a como dé lugar la unidad. A las horas o al día siguiente empiezan las negociaciones con el dueño. Les exigen bolívares o dólares en efectivo. Los montos oscilan, como mínimo en dos millones, y varían de acuerdo al modelo y año del carro. Cuando la víctima acepta pagar, pero no cuenta con el efectivo necesario se llega a otro acuerdo, la cancelación con electrodomésticos. Generalmente, los extorsionadores aceptan neveras, aires acondicionados, lavadoras automáticas, televisores, celulares de última generación, detalló un investigador.
Dependiendo la negociación y el monto establecido a pagar entregan el vehículo en condiciones óptimas o desvalijados. Algunos oficiales sospechan que existe un estudio previo de la víctima antes de atacarlos y exigirles los pagos.
Según los usuarios de una reconocida farmacia en la avenida Universidad, a la semana en el estacionamiento se llevan hasta cinco vehículos, situación que resulta alarmante para los usuarios del lugar, quienes exigen mayor patrullaje policial para garantizar la seguridad de sus vidas y de sus pertenencias.
Los funcionarios de la Policía regional señalaron que no todas las víctimas de las bandas de robacarros que operan en Cabimas, denuncian. Un porcentaje alto comete el error de someterse al cobro de vacuna y en muchos casos no les devuelven sus pertenencias después de pagar.
Hay temor
Mariángela Tigrera llegó a la cadena de farmacias y estacionó su camioneta, bajó junto a su esposo a comprar medicinas y a los pocos minutos salieron, por fortuna no pudieron llevarse la unidad, pero la abrieron, se robaron la batería y las cosas de valor que había dentro.
La dama contó que según uno de los cuidadores de vehículos, una vez que ella y su pareja entraron al lugar, enseguida se bajaron dos hombres de un carro, uno entró y el otro con un control abrió la camioneta, situación que no generó alarma por la forma segura de abrirla.
Tigrera contó que mientras esperaba para pagar, un hombre se acercó e insistentemente le pidió en varias oportunidades pagar un paquete de galletas primero que ella, por lo que presume participó en el robo y solo quería hacerlos demorar para lograr su objetivo.
La pareja, como la mayoría de la población, no denunció por temor, sin embargo, esperan mayor patrullaje policial en las nueve parroquias de Cabimas, para minimizar los delitos. Y es que los delincuentes se las ingenian para robar. Según fuentes de los diferentes organismos de seguridad, muchas de las bandas dedicadas a este tipo de delitos son lideradas desde el Centro de Arrestos Preventivos de Cabimas.