La Maternidad Concepción Palacios llegó a tener hasta 30 neonatólogos y un curso de posgrado; ahora solo quedan 6 especialistas y en febrero se graduó una promoción de 5 médicos que no recibieron la formación en Pediatría, que se necesita antes de cursar la subespecialidad para tratar a los bebés hasta los 28 días de nacidos. Todos estudiaron Medicina Integral Comunitaria en la Universidad Bolivariana y tuvieron de madrina de promoción a la actual ministra de Salud, Antonieta Caporales, reseña El Nacional.
ISAYEN HERRERA IHERRERA@EL-NACIONAL.COM
Hace 3 años entraron 30 de estos jóvenes y se desconoce el pénsum que cursaron en la Universidad Bolivariana. Algunos no habían ni cumplido con el año de rural en un ambulatorio o, en su defecto, los dos años dentro de un hospital en el que deben rotarse por varios servicios para cumplir con el artículo 8 de la Ley de Ejercicio de la Medicina. De ese grupo, 5 de ellos ahora son catalogados neonatólogos por el Ministerio de Salud y pasaron a ocupar la mitad de la nómina que se encarga de sacar adelante a estos niños que nacen prematuros.
Hasta el 5 de noviembre de 2016 murieron 9.779 niños en todo el país. La Red Defendamos la Epidemiología calcula que en los últimos 2 meses, de los que no hay información la estadística, ascendió a 11.000 infantes.
La crisis de especialistas también está presente en el hospital José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal. Desde 2009 se eliminó el posgrado de Pediatría, solo hay residentes de Neumonología Pediátrica, por lo que solo los niños con problemas respiratorios son atendidos y hospitalizados en ese centro asistencial. Hasta diciembre del año pasado, 16 médicos integrales comunitarios se encargaban de dar, sin supervisión, atención primaria a los niños, pese a que no eran especialistas.
Solo quedan dos neonatólogos que atienden a los bebés que nacen de partos expulsivos, pues el servicio de Obstetricia también cerró el año pasado. Si el bebé nace con problemas tiene que ser referido a otro hospital.
Especialidades en fuga. Al coordinador de posgrado de la Universidad Central de Venezuela, José Ramón García, le preocupa la poca demanda que hay en áreas pediátricas y la cantidad de especialistas que ha pedido constancias de estudio para avalar su formación en el exterior. De 1.250 constancias firmadas entre 2016 y el primer trimestre de este año, 188 fueron solicitudes de pediatras y 9 de neonatólogos. Hace 10 años la Academia solo firmó 20 constancias en un lapso de 5 años.
De 10 cupos que se ofertaron para Neonatología, avalados por la UCV, solo dos médicos se postularon. Las dos vacantes para Neurocirugía Pediátrica quedaron desiertas, igual que la de Psiquiatría Infantil. De tres cupos para Nutrición Clínica Pediátrica solo un médico se interesó en la especialización.
“Los últimos años hemos tenido que llamar en 12 oportunidades a concurso porque nos quedan vacantes, no vienen a concursar o no aprueban completamente las evaluaciones”, explica Gerardo Tovitto, decano de Medicina de la Universidad de los Andes.
En el hospital Luis Razzetti, de Barcelona, estado Anzoátegui, solo hay tres residentes y este año no se abrió concurso porque no hubo pediatras que quisieran hacer la subespecialización.
En el HUC se logró que tres médicos se formaran como neonatólogos, después de un año desierto el posgrado, y en el Hospital Central de Maracay hay dos residentes de segundo año porque no hubo nuevos ingresos a la subespecialidad pediátrica. En el hospital Pérez Carreño otros 10 médicos están formándose.
“Estas vacantes en Pediatría y en la subespecialidad de Neonatología hacen que las nuevas generaciones de médicos no estén formadas completamente y eso se traduce en menor atención. Además las especialidades en Terapia Intensiva, Hematología y Oncología se concentran en Caracas, porque en el interior no hay terapia intensiva. La idea es que vayan al interior. Parte de los que se están formando se van del país y a otros los castigan con jubilaciones prematuras. Estamos sin médicos a futuro. Cuando la noche negra cambie, tendremos que reeducar a nuestros médicos”, argumentó Huníades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría.