Como suele ocurrir con los auténticos demócratas, de Venezuela y de la América toda, volvimos a caer por inocentes ante a un enemigo que sin ningún escrúpulo manipula con toda saña sus perversos recursos para aferrarse a un poder que, demostrado está, le queda inmensamente grande por la incapacidad para gobernar que los caracteriza.
Por Juan José Moreno A. / @JJMorenoA
Observamos a un país que arrugó, ante la posibilidad certera anunciada por el secretario general Luis Almagro de aplicar con rigor el único instrumento que brinda el sistema interamericano, y a un grupo de países que, con toda y su buena intención y los riesgos corridos, se atrevió a desnudar la realidad venezolana ante un mundo que siguió paso a paso a través de los medios de comunicación las incidencias de una sesión de la OEA que al final no llegó a ninguna decisión. Como antes con el parapeto del fulano diálogo, en Venezuela y en muchos países incluyendo a la Santa Sede, lo vimos como posible opción de salida a la crisis general que sufre el país y como conejillos mordimos la trampa, es decir caímos y cayeron ellos por inocentes.
Porque allá en Washington pasó lo que aquí en Venezuela, el culillo a respaldar la aplicación de una Carta Democrática que contemplara la posibilidad de la expulsión del país del organismo interamericano, por las consecuencias que esta decisión pudiera acarrear en contra de este ya deprimido país, nos llamó a la mayoría a la adopción de una “prudencia” que de nada valió, porque en ambos lugares triunfó el falso argumento del régimen venezolano de que una decisión de la OEA representaría un atentado contra la soberanía nacional para resolver sus propios asuntos, algo que hasta uno de los constitucionalistas más allegados a Nicolás Maduro, Hermánn Escarrá, calificó de incierto. Y así, precisamente en los momentos cuando en la capital estadounidense se desarrollaba la célebre sesión del Consejo Permanente de la OEA, aquí en Caracas los diabólicos representantes de los poderes Ejecutivo, Judicial, políticos y seguramente militar y electoral, afinaban los mecanismos inconstitucionales para llegar a lo que al siguiente día anunciaran cuando los venezolanos dormían sin terminar de asimilar aún lo que había ocurrido durante el día anterior en Washington, como lo fue el golpe de Estado contra la Asamblea Nacional.
Más aun, el mismo día que los delegados se disponían a participar de la reunión convocada por el secretario Almagro en la sede de la OEA, aquí en Caracas el ilegal Tribunal Supremo de Justicia, mostraba la verdadera intención del régimen de acabar con la autonomía de Poder Legislativo y declarar lo que desde el principio del mandato de Maduro se dirigía a decretar un estado de excepción que les permitiera radicalizar la autocracia sobre cuyos pasos venía avanzando. Y cosa muy rara, de esto no se habló en la OEA pese a que, en conjunto, los delegados de los distintos países que respaldaron la celebración de la sesión objetada por el representante venezolano, realizaron una radiografía muy aproximada a la que se vive en este “país potencia”.
Caímos y cayeron por inocentes irremediablemente, por lo menos por ahora, porque los nuevos acontecimientos podrán permitir la redefinición de posiciones sobre las medidas de presión que deban ser adoptadas en un futuro que, por los momentos, tendrían lugar en la próxima Asamblea General de la OEA, prevista a celebrarse en junio próximo en México; aunque estimamos que de acuerdo con los vientos que soplan, sea celebrada otra sesión extraordinaria del Consejo Permanente para los próximos días.
Por los momentos, en el ámbito internacional podemos observar con interés lo que está ocurriendo en algunos países que aunque llegaron a adoptar una posición un tanto conservadora, al negarse a aceptar la expulsión de Venezuela de la OEA, fueron los primeros a expresar preocupación que consideramos sincera por el nuevo escenario al que entró nuestro país con la decisión del TSJ de asumir las funciones de la Asamblea Nacional, para sincerar el tipo de régimen que hoy impera en el país. Perú y Chile fueron unos de estos casos, y a nadie sorprendió que anunciara el retiro de su representación diplomática en Caracas. Otros países de América y del mundo, también anunciaron su acompañamiento moral con el pueblo venezolano y su recriminación al régimen.
En lo interno, podemos y debemos esperar acciones de resistencia y acciones de protestas colectivas ante la nueva situación que se le plantea al país, y ante el cual es necesario reiterar nuestro llamado a la unidad de todos los venezolanos comenzando por los partidos de la oposición democrática, porque lo que se ve venir será duro para un país que como Venezuela pudo conocer las ventajas de vivir en democracia, aun con las limitaciones que se pudieran haber vivido a partir de las etapas de la historia posteriores a las dictaduras que rigieron en el pasado.
Esa misma historia nos enseñan que no existen dictaduras eternas y que al final los responsables de la represión, del despilfarro y robo de los recursos, y de todos los males a los que someten a sus países, terminan pagando sus culpas a partir de los momentos cuando los pueblos recuperan sus democracias y libertades.
@JJMorenoA