El arzobispo de Coro, Roberto Lückert León, asegura que los pecados de la revolución son el populismo y la demagogia con los que intentan engañar al pueblo, publica El Nacional.
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¿Qué tan santa es hoy la Semana Santa?
—Lo es porque recordamos los misterios principales de la vida de Jesús, como es su muerte y resurrección. La expresión “playera” de la Semana Santa es otro condicionamiento que tendríamos que trabajar los pastores para llevarla a esos lugares utilizando el llamado “turismo religioso”.
—¿Y rogarle al régimen chavista el pan nuestro de cada día?
—Rogarle no, exigirle porque es su obligación.
—¿No solo de pan vive el venezolano?
—Sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, pero con la barriga vacía por el hambre es imposible rezar.
—¿El pecado de la “revolución”?
—La demagogia, el populismo, la verborrea insustancial para engañar al pueblo.
—¿De la oposición?
—El arrinconarse sin dar la cara en los graves problemas que desde el inicio tuvo este proceso “revolucionario”.
—¿Procede hoy una pastoral como la de monseñor Arias en 1957?
—La Conferencia Episcopal Venezolana ha emitido documentos más fuertes que el de monseñor Arias. Ha denunciado a este régimen que nos ha llevado a la mayor crisis.
—¿Es la espada de Bolívar como la de Cristo?
—No es la espada de Bolívar la que recorre América Latina, es la chequera petrolera la que recorre América Latina para comprar conciencias y apoyar a este régimen desfasado históricamente. El socialismo comunista ha sido un fracaso mundial.
—¿Continuaría dialogando?
—Siempre que el diálogo sea entre dos entes que se respeten debemos confiar en él y propiciarlo.
—¿Fue propicia la intermediación del Vaticano?
—El Vaticano ha hecho un grandísimo esfuerzo en que dialoguen las dos partes. Pero para que haya diálogo con base, y no solo un esfuerzo, tiene que haber justicia; y la justicia garantiza la paz.
—¿Qué le ha dicho el papa Francisco?
—Como argentino y protagonista de una terrible y sangrienta dictadura en su país, ve con mucha preocupación la situación de Venezuela.
—¿Quién carga la cruz del pueblo?
—El mismo pueblo que no consigue soluciones.
—Una buena nueva…
—Que el CNE anuncie próximamente las elecciones para gobernadores y alcaldes. Es su obligación.
—¿Son los colectivos como los seguidores de Barrabás?
—Se han convertido en un instrumento de agresión a la oposición. Barrabás era un malhechor.
—¿Una penitencia para los curas oficialistas?
—Que miren hacia atrás y vean con sensibilidad de justicia y caridad a un pueblo que sufre.
—¿Para el proceso?
—Que se revisen a profundidad y se den cuenta de que es un barril vacío solo de ideas y no de soluciones.
—¿Para la MUD?
—Que dejen de pelear por una botella vacía.
—¿Para la Iglesia?
—Asumir de forma responsable soluciones a los urgentes problemas.
—¿Una autopenitencia?
—Seguir comprometido por un pueblo que sufre. No quiero ser un perro mudo. La historia me lo va a castigar.
—¿Cumple penitencia el país?
—Qué mayor penitencia que aguantar un gobierno inoperante.
—¿Ha orado por Maduro?
—Por supuesto, porque tiene una gravísima responsabilidad y hay que pedir para que el Señor lo ilumine.
—¿Le pondría la otra mejilla al régimen?
—Por supuesto, la expresión del amor es el perdón.
—¿Le pediría perdón?
—Ya te lo dije, no tengo por qué tener rencor ni odios en mi corazón; si falté, pido perdón.
—¿Perdonaría a un cura pederasta?
—Por supuesto, si consciente de su grave falta pide perdón.
—¿El Herodes de hoy?
—Las instituciones oficiales que se olvidan de los niños que mueren de mengua en nuestros hospitales y mueren de hambre porque no consiguen alimentación.
—¿Cómo lleva la procesión?
—Con paciencia y esperanza.
—¿Qué reconoce al proceso?
—Despertó en el pueblo la urgente necesidad de manifestarse, pero el mismo proceso le coarta el sagrado derecho de manifestar su opinión.
—¿Debe ceder la Iglesia?
—No, porque es su obligación anunciar el evangelio y sus exigencias de justicia y paz.
—¿La Iglesia tuvo problemas con los gobiernos de la democracia?
—Los tuvo, pero no con el atropello, la grosería y la falta de respeto de esta dirigencia.
—¿El Judas de estos tiempos?
—Los políticos que saltan la talanquera.
—¿Imagina un retiro espiritual entre la oposición y el régimen?
—Sería una verdadera bendición. Tenemos que conservar la unidad en la diversidad.
—¿La tentación de un clérigo?
—La más grave y que el pueblo no perdona es la que el clérigo sea platero.
—¿Bebe?
—Además de agua, en alguna reunión social con mucha prudencia alguna bebida espirituosa.
—¿Domina la atracción hacia la mujer?
— Un gran santo decía que hasta después de muerto estamos dando brinco en la urna.
—De pedir un don…
—El don de la santidad y el de la prudencia.
—¿Qué pasaría en Venezuela si el régimen hiciese un acto de contrición y convocase a elecciones inmediatas?
—Daría gracias al Señor que los está iluminando para buscarle soluciones pacíficas a esta grave crisis que tiene Venezuela.