Los hermanos Alejandro y José Sánchez son el reflejo de la injusticia que se vive en nuestro país. Los conocidos “morochos Sánchez”, hoy son víctimas de la tiranía y la arbitrariedad de este gobierno torturador, que hace gala del terror, amedrentamiento y la violencia para doblegar los ideales de los venezolanos que queremos un país distinto y mejor.
Cientos de venezolanos han sido detenidos por las fuerzas opresoras de este gobierno, durante las últimas protestas pacíficas, por el ‘delito’ de exigir que se cumplan y se hagan respetar sus derechos. Y sí, coloco la palabra delito entre comillas, porque la protesta pacífica es un derecho ciudadano y este gobierno lo ha querido criminalizar.
Centenares de esos muchachos y adultos detenidos han tenido que sufrir las agresiones de un grupo de funcionarios que buscan saciar sus frustraciones laborales, psicológicas y emocionales con ellos. Y es que, estamos completamente claros que tanto los funcionarios de la Guardia Nacional como los uniformados de la Policía Nacional Bolivariana atraviesan los mismos problemas que el resto de los venezolanos.
No se dejen confundir. Ellos también tienen que recorrer todas las farmacias de la ciudad en búsqueda de un medicamento. También tienen que hacer largas colas para comprar comida. También son blanco fácil de la inseguridad y azotados por la impunidad latente que acongoja a nuestro país. La gran diferencia entre ellos y nosotros, es que, ellos reciben órdenes de la cúpula gobiernera. De ese grupito de enchufados que le teme a la verdad y a la voluntad del bravo pueblo venezolano que ha expresado su intención de cambio.
Un grupito que pretende eternizarse en el poder y que hace uso de las armas, la violencia, el miedo y las fuerzas castrenses, que deberían ser empleadas para prevenir y proteger al pueblo, para reprimir nuestro derecho a expresarnos. Para callar nuestra voz y nuestras exigencias.
Creen que inhabilitando políticos. Deteniendo a dirigentes. Acosando a nuestros seguidores y construyendo ollas que solo ellos se creen, nos van a desmovilizar y a fracturar la esperanza de nuestra gente. No se han dado cuenta que la intención de cambio es cada vez mayor. Eso es como una bola de nieve que día a día ha crecido un poco más y que ya es indetenible.
Contra las adversidades seguiremos en pie de lucha. Contra el insomnio de estos politiqueros trasnochados que construyen estrategias de evasión entre gallos y medianoche, nosotros seguiremos en la calle, de la mano de nuestra gente. Escuchando sus quejas, necesidades y las razones para seguir luchando. Seguiremos junto a ellos, construyendo el futuro que queremos que nuestros hijos y nietos disfruten en un corto plazo.
Venezuela es de los que estamos trabajando por hacer de ella un mejor país. Venezuela ha decido despertar y luchar por su libertad. No vamos a descansar hasta hacerlo realidad. ¡Seguimos adelante hacia el progreso y el futuro!