El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, expresó hoy su preocupación por la situación en Venezuela y en particular por los planes de su presidente, Nicolás Maduro, de expandir y armar a la Milicia Nacional Bolivariana compuesta por civiles.
El Ministerio de Asuntos Exteriores belga indicó en un comunicado que Reynders está “muy preocupado” por el incremento de la tensión en el país en las últimas semanas y días, y llamó a encontrar una “solución pacífica que respete los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
El titular belga instó al Gobierno venezolano y a la oposición a establecer un diálogo “sincero y efectivo” que permita alcanzar un consenso nacional y encontrar así “una salida a la grave crisis humanitaria que golpea a la población y a las dificultades políticas y económicas a las que se enfrenta el país”.
Reynders reiteró que tanto para Bélgica como para la Unión Europea es importante que se respeten la Constitución, los principios democráticos y la separación de poderes.
En este sentido, dijo, “el establecimiento de un calendario electoral preciso, tal como está previsto por la Constitución, así como el respeto a la Asamblea Nacional y sus miembros, contribuiría al restablecimiento de la estabilidad política”.
Venezuela es desde hace tres semanas escenario de protestas antichavistas contra el Gobierno de Maduro para denunciar que se ha dado un golpe de Estado mediante varias sentencias del Supremo que restan competencias al Parlamento, de mayoría opositora.
En los últimos días las manifestaciones han derivado en enfrentamiento violentos y se han producido saqueos a comercios que han dejado 23 fallecidos, más de un centenar de heridos y 800 detenidos.
Nicolás Maduro anunció el 17 de abril un plan para expandir hasta 500.000 a los miembros de la Milicia Bolivariana armados con fusiles para que se desplieguen en todas las zonas de defensa integral del país.
Este cuerpo está formado por personas que, “sin ejercer la profesión militar”, desean ser voluntarios en acciones de seguridad y defensa. EFE