Cualquier proceso constituyente aterriza en una consulta popular, con un colegio electoral igual al REP.
Eso de “bases comiciales” y “poder popular” es una regorgalla plumaria del ‘mujiquita’ Escarrá y el jefe del gobierno de facto con malabarismos matemáticos en un tema que es de derecho de alta gama: derecho constitucional. Constitucionalmente eso “constituyente comunal” no existe, la legitimidad originaria emerge de la universalidad del pronunciamiento popular, no de los vocablos ni de los significados encasquetados a las palabras por la cháchara castromadurista. De hecho se puede cambiar hasta la ley de la gravedad: esta “iniciativa”, apocalíptica para el régimen que cree que desvía la fuerza popular de cambio democrático, adolece de lo más importante, coherencia y correspondencia con la CRBV. Es una mala copia del plebiscito perezjimenista de 1957.
El partido AP no se confunde con este juego de manos; si algún partido se atropella en esto, pela bola: jamás debemos hacerle coro al “putchismo” ni al aventurerismo antidemocrático de Maduro.
Debemos ejercer la mayoría sin alucinarnos ni confundirnos con el espejismo del colectivismo disfrazado de participación democracia: es la trampa de Maduro para espabilaos, líderes de pacotilla e impacientes.
Justo Mendoza: Doctorante en Estudios Políticos-ULA.Director Nacional de Formación Política de Avanzada Progresista