La historia de Raylí: Frenar a la prensa a punta de golpes

La historia de Raylí: Frenar a la prensa a punta de golpes

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Raylí tiene varias cortadas en la frente y un golpe contundente en el pómulo. Un regalito de los colectivos – grupos chavistas violentos – que la atacaron en la avenida Lecuna el pasado 22 de mayo.





Por Andreína Flores

Raylí es periodista. Coordinadora de redacción del diario El Nuevo País, para más señas. En este torbellino de protestas que se dan todos los días, escogió cubrir la manifestación de liceístas de los colegios Santa Cecilia y Santa Rosalía en pleno centro de Caracas.

Los colectivos fueron la primera fuerza de choque contra los jóvenes… y la primera también contra la prensa. Entre veinte y treinta personas armadas con cabillas y tubos en contra de todo lo que oliera a disidencia y a difusión.

“Ellos nos decían que no podíamos estar allí… que nosotros inventamos siempre, que nosotros somos amarillistas, que le agregamos a la noticia. Una de las mujeres del colectivo me haló el cabello por atrás. Yo me volteo, le digo que se quede tranquila, que nos dejen ir… y ahí es cuando me mete una patada por la espalda. Me mete un puño en la ceja. Suponemos que tenía algún anillo puesto, porque logró rasguñarme también la frente.”

Raylí, ensangrentada, les pide que paren… les pregunta si esa es la paz de la que tanto hablan los chavistas. Pero, como amable respuesta, llegan dos líderes del grupo, vestidos de negro y encapuchados para dirigir una nueva arremetida: la toman por el cabello y la arrastran por la avenida Lecuna. Arrastran también a su chofer y amenazan con llevarlos “ante el Comandante”.

“No puede ser, esto es un secuestro” – piensa Raylí inmediatamente.

Luego de varias vueltas en total pánico… al final, estos mal llamados “colectivos de paz” dejan ir a Raylí y a su compañero en una de las calles adyacentes al Palacio de Justicia. Pero antes, con aires de perdonavidas, le sueltan esta frase: “Agradezcan que nosotros los rescatamos porque si hubiesen sido los otros, los podían desaparecer…”.

Raylí Luján forma parte de los casi 200 trabajadores de la prensa agredidos en el marco de las protestas contra Nicolás Maduro registradas desde el 31 de marzo 2017.