Las emociones son procesos químicos que se desarrollan en el cerebro, específicamente en el sistema límbico, cada vez que estamos frente a un acontecimiento, persona, o cosa que conecte con ellas, ocurre un proceso interno que genera una emoción específica en nosotros. El miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el amor y la envidia son emociones comunes a todos los seres humanos. Nadie puede decir que no siente miedo por nada o que nunca ha sentido envidia, porque son procesos que no se pueden controlar. Se sienten y ya. Ahora, es verdad que nadie es responsable de lo que siente, pero sí de lo que hace con esos sentimientos. La responsabilidad es por lo que hacemos cuando sentimos miedo, rabia, envidia, tristeza, alegría o amor, pero no somos responsables por lo que sentimos.
No es tan cierto aquello de que pienso y luego existo, porque estamos condicionados por los sentimientos o emociones, luego de esto pensamos y por último actuamos. Las emociones no las podemos cambiar, es decir, vivimos con ellas y cuando aprendemos a reconocerlas nos favorecemos de ellas o no. Lo que si podemos cambiar es el hacer, si algo o alguien produce una emoción negativa en nosotros, tenemos el poder de decidir sobre esa relación. Hay emociones de autoprotección como el miedo por ejemplo. Cuando vemos amenazada nuestra vida, nuestra forma de vida o nuestra integridad física, reaccionamos bien sea huyendo, paralizándonos o sobreponiéndonos al miedo y enfrentando aquello que nos atemoriza. La Violencia es producto del miedo. La ira por ejemplo, se genera cuando no podemos cambiar algo, produciendo en nosotros un sentimiento repetido de ira, llamado resentimiento. Frente al resentimiento tenemos la resignación, que es perder la voluntad de luchar para cambiar eso que no queremos, también podemos quejarnos, pero esto, no nos lleva a ningún lado y, podemos también realizar un reclamo productivo, que consiste en hacerle saber a esa persona o grupo de personas nuestra inconformidad, con la finalidad de que haya un resultado favorable para todos.
Venezuela hoy se pasea entre el miedo de los gobernantes a perder sus privilegios, el poder y, algunos de ellos su libertad, entonces, la violencia con la que reprimen es producto del miedo que sienten y, por otro lado, tenemos un país iracundo, que no ha podido ser oído por el gobierno y aunque ha salido a las calles a manifestar su descontento haciendo un reclamo productivo para cambiar la situación en la que estamos todos, no lo ha logrado hasta ahora, por el contrario, fraudulentamente quieren imponer una constituyente sectorial, violentando las reglas de las elecciones en democracia, sin consultarle a nadie, cosa que agrava más el descontento social.
Además, hay un sector beneficiado con los programas del Gobierno, por tanto, anteponen sus intereses por encima de los del país, ellos no están resignados, sino más bien conformes y, esa conformidad los anula para arriesgar lo que reciben. Son los empleados por el Estado -a quien confunden con Gobierno- o aquellos que reciben cajas de comida subvencionada, misiones paupérrimas que ni los propios líderes del partido gobernante utilizan, pues, ellos van a clínicas privadas y compran en automercados costosos, otros importan sus comidas y bebidas al mejor estilo burgués, viven en las mejores zonas de las ciudades y en lujosas mansiones, pero, el sector oprimido que recibe migajas se siente cómodo y prefiere vivir en ese estado de conformidad, antes que arriesgar lo que considera un beneficio. Creyendo que les quitarán esos beneficios actúan bajo la emoción del miedo a perder lo que les da el Gobierno. Miedo infundado, porque el gobierno se ha encargado de monopolizar los medios de comunicación para inocular en la población débil -económicamente hablando-, un discurso aterrador donde quienes no están con ellos ni piensan como ellos son la personificación de la maldad y, quieren acabar no con la pobreza sino con los beneficios de los pobres.
Dicho de otro modo, quienes gobiernan y los conformistas no son responsables del miedo que tienen, pero sí del desinterés, el fraude y la violencia con la que han actuado para reprimir el reclamo productivo y fallido hasta ahora, asimismo, quienes se resignan no son responsables del resentimiento, pero si son responsables de su falta de voluntad para realizar un reclamo asertivo que genere un cambio favorable para todos los venezolanos, igual pasa con quienes solo se quejan y solo se victimizan ante lo que ocurre pero no se responsabilizan para acompañar a quienes decididamente asumieron el reto de manifestar su descontento por la situación país y se comprometieron con el cambio para encaminar a Venezuela hacia el desarrollo y progreso de todos.
La situación entonces es, ¿qué hacer con el miedo de quienes gobiernan y sus beneficiarios y la ira del resto del país y sus ganas de cambio? La constituyente propuesta por el Presidente no es incluyente sino favorable para el PSUV y así fraudulentamente seguir gobernando, por lo tanto, generará más rabia en la población. Las elecciones generales no las hará el gobierno porque sabe que no gana ni con fraude. Allí no puede manipular las bases comiciales. La derrota electoral los llevaría a los sótanos de la política venezolana, peor que los adecos y copeyanos en 1999. La vía sigue siendo el reclamo productivo, que se traduce en calle y más calle, hasta que el gobierno entienda que Venezuela es más que ellos y sus intereses, no hay espacio para quejarse ni resignarse, somos responsables de nuestros actos y no víctimas de las circunstancias.
El gobierno por su parte, está entre la violencia y el fraude o la capitulación, optó por la violencia y el fraude, pero ahora, tienen un problema mayor, después de 4 años de la desaparición física de Hugo Chávez se convirtieron en un arroz con pollo sin pollo. Los dejó en orfandad. Por ello, se aferran a la simbología y utilizan sus imágenes como quien se arrodilla a un santo para manipular a los más vulnerables que aun siguen conectados emocionalmente con la imagen de quien fuera su líder. Para ellos (los más vulnerables) mi reflexión en el presente escrito: “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”.
¡Mi opinión no es verdad ni mentira, sino fundada o infundada, compartida o no! Correo electrónico de contacto: p_duque_g@hotmail.com