El teléfono de “Topacio” repica tres veces, a la cuarta contesta un hombre; habla acelerado y directo: “Hoy hay una promoción. La hora vale 35 mil bolívares y dos por 60 mil. Si quieres el servicio completo son 50 mil bolívares. Dime la hora que quieres para ver la agenda de ella y te la cuadro”, dice la persona, que en ese mundo, se hace llamar “proxeneta”.
En menos de un minuto de llamada, el hombre busca convencer al cliente, sin saber quién es él que está del otro lado de la bocina. Tiene un discurso preparado que se lo sabe de memoria, palabras asertivas para “vender” el servicio sexual: “Tiene bello rostro, buenas piernas, grandes senos y nalgas. Está dotadita y explotada”, añade el ‘jefe’ de la muchacha, quien antes de colgar remata: “Si quieres te paso una foto de ella por WhatsApp sin compromiso”.
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