Domingo Alberto Rangel: La guerra de los pacíficos

Domingo Alberto Rangel: La guerra de los pacíficos

Las guerras civiles, trátese de conflictos que se generaron en abusos centenarios de oligarquías enemigas del progreso o de revoluciones cuyo “know how” se consigue ingresando a internet, se alimentan desde el exterior.

En el siglo pasado dos países sufrieron los embates del odio entre hermanos: Uno europeo, España, y otro asiático, lejano como el Vietnam. Ambas guerras estuvieron intervenidas por potencias extranjeras.

Francisco Franco, zamarro como suelen ser los nativos de Galicia, se debatía entre la lealtad a nazis y fascistas y la certeza de quien como buen analista sabía que la intervención de la naciente potencia yanqui en la guerra europea sería definitiva.

Sin embargo el generalísimo aceptó de buena gana el armamento italiano enviado por Mussolini y la ayuda de bombardeos por parte de la Luftwaffe de Hitler. Y cuando el embajador estadounidense en Madrid le alertó a Franco que el presidente Roosevelt iba a invadir las islas Canarias, proclamando un territorio libre… las lealtades de Franco comenzaron a flaquear y el futuro Caudillo de España “Por la Gracia de Dios” poco a poco se dispuso a cambiar de chaqueta.

En Vietnam fue la misma historia solo que la Rusia Soviética tomó el papel de italianos y alemanes, ya desaparecidos como grandes potencias, y, los Estados Unidos esta vez perdieron la guerra aunque es de resaltar que pasados los años, la democracia liberal se hizo con el mercado vietnamita dando una lección sobre la eficacia de la política y el diálogo… sobre la violencia guerrera.
En nuestro país se libra una extraña guerra civil, irregular, que algún día será estudiada por las universidades estadounidenses… que para algo son más serias que las nuestras.

Y escribo “extraña” porque quizás esta sea la única vez en la historia humana que los contendientes se niegan a aceptar el carácter bélico que guía sus acciones: El gobierno del presidente Maduro lucha, como todos los gobiernos por mantenerse en el poder, pero no lo dice y en cambio oferta la paz como norte de su brújula. La oposición tampoco acepta que en Venezuela se libra una guerra irregular, civil, empobrecedora y plena de intervenciones foráneas. Sus voceros curiosamente dicen luchar por la paz y la libertad, cosa rara siendo que en la última mutación les dio por hacerse hinchas de la Constitución de Hugo Chávez y escogieron a la Fiscal como novedosa “heroína”.

Pero aceptando que se trata de ofertas generosas, el tema de la paz, tan caro a nosotros los liberales, podríamos sin embargo decir que como tema merece tratamiento más serio al que le dan en los noticieros tan superficiales y cargados de bilis para mi gusto.

Paz a secas solo se podría conseguir en nuestra Venezuela transitando una de las dos vías que aseguran un final “feliz”… La primera fue usada para sus propósitos por los totalitarismos europeos del siglo XX y me refiero desde luego a Nazis y Soviéticos… la otra vía es menos traumática aunque concedo que no es gratuita, exige mucho trabajo y requiere la colaboración por parte de la ciudadanía, para que funcione.

Conseguir un estado de “paz” al señor Hitler no le costó mucho una vez accedido su partido al poder: ¡En horas de nazismo toda Alemania estaba pacificada! Con los rusos fue otra historia: Mas bochincheros y menos disciplinados que los nazis… a Lenin y Stalin les costó casi 30 años “pacificar” la URSS. ¡Dirían los viejos caraqueños que en comunismo se vivió “la paz de los sepulcros”!

Esa “paz” de Stalin a pesar de los alertas de cierta prensa amarillista no se podrá conseguir en nuestro país, por fortuna digo yo, ni siquiera ANC mediante, porque el PSUV desde el punto de vista ideológico no es nazi ni comunista… aunque aloje en su seno militantes con una u otra característica y quizás allí radiquen las evidentes contradicciones entre digamos el Presidente y el capitán Diosdado Cabello o entre Elías Jaua y cualquiera de los miles de generales que dicen tenemos en activo dentro de la FANB.

La “paz” del totalitarismo que es la del creciente empobrecimiento, es como señalo imposible de lograr pero como argumento de refuerzo anoto que el gobierno bolivariano, este o el anterior, por bochincheros y desorganizados terminan siendo enemigos del orden y de la paz… aparte de que los jefazos rojitos no requieren “paz” porque cargan a cuestas suficientes guardaespaldas como para sentirse seguros hasta en el infierno.

La otra “paz” difícilmente se podrá lograr en nuestro país toda vez que la oposición reconocida también ha derivado hacia posiciones demagogas, bochincheras y poco analíticas, para no mencionar que la Mud es una organización carente de definición ideológica y que no tiene programa creíble como brújula que supuestamente guía sus acciones.

Esta oposición ha llegado al colmo de reclamar como si se tratara de un símbolo patrio la Constitución de Hugo Chávez y ahora cargan a esa señora sinvergüenza y mediocre que es la Fiscal… como si fuese una virgen católica que se puede llevar en andas… la señora y sus nuevos hinchas defienden la actual CRBV… como “legado” que no se debe tocar.

Lamentablemente en esta farsa que es la politiquería… tan absurdo “razonamiento” no se puede criticar libremente porque desde las trincheras mediáticas ahora sobran defensores de la Fiscal… cuando hasta ayer le recordaban a doña Luisa, fablistanes y locutoras… el juicio tramposo contra Leopoldo López, la convalidación de expropiaciones y la prisión de Antonio Ledezma y Jon Goicoechea… dos presos sin condena y en el caso del Alcalde Metropolitano… sin haber visto un juez en tres años.

Una oposición demagoga y laxa en lo moral no conseguirá otra cosa que embochinchar aún más el país. Es lamentable pero se impone decirlo sin ánimo de señalar heridas como el médico forense que recuenta las causas pero no puede dar solución.

La solución que frene la pauperización nuestra solo viene del lado del capitalismo, popular o de libre empresa y mercado… algo que nunca ha existido y que se debe construir sobre la marcha… una vez que el gobierno de Maduro sea cosa del pasado… y que la demagogia irresponsable de la Mud también se haya ido.

A manera de sueño escribo sobre un país de instituciones más que de “caudillos”… de verdadera libertad… de imperio de la ley.
Para lograr esa meta se puede comenzar incluso desde la ANC, contando con que una mayoría capitalista podría ganarle al gobierno las representaciones territoriales que son más de la mitad de los diputados… lo cual es importante porque si queremos paz debemos entender que esa situación jamás se logrará… ni con la Constitución actual… ni con la que el gobierno sueña…

Y como que la polarización sigue haciendo estragos demonizando a quienes nos pre inscribimos para la ANC: Habrá que crear esa oportunidad de cambio a la Constitución, más adelante, y bajo otro escenario.

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