Irascible, irregular… y decisivo. A los 33 años, Ricardo Quaresma marcó el primer gol de la historia de Portugal en la Copa de las Confederaciones, contra México (2-2), tras una asistencia de Cristiano Ronaldo, su ‘viejo socio’ en la delantera de la Seleçao, reseñó AFP.
Los campeones de Europa volverán a contar el miércoles contra Rusia en Moscú con este delantero de juego individualista e imagen peculiar: un cuerpo cubierto de tatuajes, un corte de pelo estilizado y adornado con joyas cuando no está en la cancha.
Quaresma no deja a nadie indiferente: capaz de levantar al público de sus asientos con sus acciones espectaculares y sus pases con el exterior del pie, su especialidad, también puede ganarse las iras de los hinchas cuando se empeña en adueñarse del balón e intentar la jugada individual, con sus compañeros de meros espectadores.
Desde la pasada Eurocopa, que acabó con el primer título de Portugal, Quaresma cuenta con la confianza del seleccionador Fernando Santos, por encima del joven Bernardo Silva (22 años), autor de una temporada sensacional con el Mónaco que le ha llevado a fichar por el Mánchester City, pero que de momento tiene esperar su oportunidad en el banquillo de sustitutos.
Destino ligado a CR7
La trayectoria de Quaresma en la selección es… peculiar. Debutó hace 14 años y ha disputado 66 partidos internacionales, con solo 9 goles y nunca ha jugado un Mundial.
Y sus participaciones en Eurocopas, hasta la de Francia-2016, se limitaban a un par de partidos en 2008 (y un gol) en la primera fase y no disputó un solo minuto en la de 2012.
El año 2016 fue el de la reivindicación. Tras dos partidos lamentables, Quaresma fue el autor del centro que remató Ronaldo para empatar a tres contra Hungría, un resultado que permitió a los lusos pasar a los octavos de final in extremis.
Pero en los cruces se convirtió en el héroe al marcar el gol del triunfo contra Croacia en la prórroga de los octavos (1-0), al aprovechar un rechace del arquero rival tras un disparo de… Cristiano Ronaldo.
Y también marcó un penal en la tanda decisiva contra Polonia que metió a Portugal en semifinales (1-1, 5-3 en penales).
Su destino, por lo tanto, ha estado ligado a Cristiano Ronaldo, con el que a menudo ha sido comparado. Quaresma, que es un año y medio mayor que su compañero, destacó primero, en la temporada 2001-2002 en el Sporting, ganando sorprendentemente un doblete (Liga y Copa).
Cristiano no llegó al equipo hasta la temporada siguiente y en 2003 ya se marchó al Mánchester United, donde se convirtió en uno de los referentes mundiales.
Quaresma se marchó al Barcelona, pero su paso por el club azulgrana, en cambio, fue un fracaso.
Más pasador que goleador
Su carrera se convierte en un modelo de irregularidad, con repetidos fracasos en grandes clubes europeos, incluido un poco honroso ‘Bidone de Oro’ al peor jugador de la Serie A en su paso por el Inter de Milán en 2008… el mismo año en el que su ‘socio’ Cristiano ganaba su primer Balón de Oro.
“He hecho demasiadas malas elecciones en momentos claves de mi carrera. Es mi culpa, quise ir demasiado rápido y me quemé las alas”, admitió en una entrevista a la revista So Foot.
Su paso por el Oporto (2014-2015) y el Besiktas, donde juega desde 2015, le permitieron alzar el vuelo, aunque siempre en el papel de asistente por encima de goleador. De hecho, su récord en un campeonato es de solo 8 tantos.
El ‘Gitano’ (es hijo de padre gitano y de madre angoleña) parece haber madurado. En 2007 consideraba que “nadie es mejor que yo”, pero el pasado domingo, tras el partido contra México, se rindió a Ronaldo, que le ofreció el gol con un gran pase. “Es normal: es el mejor jugador del mundo. Es lo que se puede esperar de él. Todo lo que hace es fantástico”.